Los Villares "abriga" a su patrón

Son las nueve menos cuarto de la noche y unas ligeras gotas hacen dudar a los vecinos de Los Villares. El cielo encapotado amenaza con dar pie a un suceso histórico desde la refundación de la Cofradía de San Juan Bautista, a principios de los años 70: que la imagen no pueda salir en procesión por las calles del municipio. Pero no fue así. Los “dromedarios”, apodo que reciben los anderos del santo, lo tenía claro: salía sí o sí. A las nueve en punto, el repicar de campanas abrazó a la imagen, que bajo el himno de España cruzó el umbral de la iglesia. Ya en la puerta, San Juan “bailó” al son de la melodía de la Jota de Los Villares.

24 jun 2014 / 22:00 H.


Julián Alcalde escucha emocionado las notas musicales. El exhermano mayor de la Virgen del Rosario, patrona de Los Villares, recuerda cuando su mujer, Amalia Molina, ganó el concurso regional de coros y danzas provinciales en 1956, con el antiguo régimen. Lo hizo, precisamente, con la Jota de Los Villares, esa canción que habla de una chica que subió una calzada, de la patrona y de San Juan. Acompañado por los cofrades —la hermandad cuenta con unos 500 hermanos—, el paso acortó su camino hasta llegar a la calle Francisco Ramírez, barrio que este año acoge la verbena.


Una explosión de color esperaba al patrón de los villariegos. Altares en todas las cocheras, algunos más formales y otros muy divertidos. Música y comida no faltaban. Pero el foco de atención estaba en la casa del matrimonio Peña. Ellos son los afortunados que, este año, acogerán a San Juan en su casa hasta el sábado 5 de julio, cuando suba alCerro del Pino. Las puertas de su cochera, decorada por los hermanos mayores de este año —Enrique Higueras y María del Rosario Ávila—estarán abiertas hasta el viernes, aunque si alguien quiere visitarlo otro día, no importa, los vecinos les abrirán las puertas de su casa a todos los devotos.


Culminará, así, la primera parte de una celebración que si por algo se caracteriza es por lo “popular” que es. Un festejo con el que se vuelca todo un pueblo, el mismo que arropaba, a pesar del frío y la amenaza de lluvia, a su patrón. A la cabeza de la procesión iba el alcalde, Francisco Palacios, y el sacerdote Sánchez, orgullosos de que, una vez más, el pueblo haya respondido. Ahora, todas las miradas están puestas en el primer fin de semana de julio —el próximo día 5—, cuando, nuevamente, se reúnan en la romería de San Juan Bautista.