Los rocieros llegan al ecuador del camino con el paso del río Quema

Irene Bueno/Jaén
El paso del río Quema supone que las jornadas de camino de la Hermandad del Rocío de Jaén hacia la aldea almonteña están ya mediadas. Ayer, los rocieros que realizan la peregrinación por primera vez recibieron su “bautismo”. Unas horas más tarde, Jaén entró en Villamanrique entre el cariño de sus gentes.

    27 may 2009 / 10:25 H.

    Momentos realmente únicos y llenos de emoción se suceden a lo largo del día y de la noche en el camino que lleva a los rocieros jiennenses ante la Blanca Paloma. El grupo —que ya se encuentra completo al cien por cien, después de las incorporaciones más tardías y que está integrado por unos mil peregrinos, unos cien caballos, otros tantos vehículos y alrededor de 30 charrés— partió a sobre las diez de la mañana del paraje denominado Dehesa Abajo, lugar que el municipio de Puebla del Río preparó para la pernoctación de los peregrinos. Sobre el mediodía alcanzó el vado del río Quema. El momento ofreció las espectaculares imágenes de los mulos, que tiran del simpecado y de las carretas, cruzando las aguas. También fue el momento en el que se desarrolló el bautismo de los rocieros que caminan con Jaén por primera vez. Sin embargo, la jornada deparaba otros momentos de especial significación como era la entrada en Villamanrique de la Condesa, municipio de la hermandad madrina de Jaén. En este, los mulos que tiran del simpecado accedieron hasta la misma iglesia en la que se ofició un acto religioso salpicado de música, salves y vivas a la Blanca Paloma. Los rocieros emprenden hoy una nueva jornada en la que culminarán el paso de la Raya Real y que concluirá en el Palacio del Rey. Será la última noche que los jiennenses pasen por el camino ya que la entrada en la aldea de El Rocío está prevista para mañana por la tarde. El vocal de Relaciones Públicas de la hermandad jiennense, Juan Bautista Jiménez Hermoso, destaca la labor del párroco que acompaña al grupo, Julio Segurado, que ha sido artífice de momentos de gran religiosidad, como fue la mi- sa oficiada en Dehesa Abajo, la noche del lunes. Del mismo modo, se muestra muy satisfecho de que, a pesar del numeroso grupo y de la gran infraestructura, todo transcurra en un ambiente de convivencia y hermandad.