Los restaurantes capitalizan el “boom” de las comuniones

Es una de las fechas más esperadas por salones y restaurantes de la capital: la segunda quincena de abril y el mes de mayo, las celebraciones de las comuniones. El colectivo Asostel destaca que algunas coincidan, durante este fin de semana, con el Puente de Mayo y, posteriormente, con las fiestas de las Cruces.

03 may 2015 / 09:50 H.


Antonio Lechuga, presidente de la Asostel, explica en declaraciones a este medio que las comuniones representan una “ocasión estupenda” para comercios con capacidad. “En cafeterías y bares no se nota, debido a que no tienen suficiente espacio. Sin embargo, en locales más amplios sí que este tiempo es uno de los momentos más importantes del año, como la Navidad y la Semana Santa”, asegura el hostelero.
demanda. Lechuga considera que sí “hay más comuniones” que el año pasado. El presidente de la Asostel entiende que el incremento —que no es especialmente significativo— es una expresión de la actitud del cliente: hay “más alegría” a la hora de consumir. “Los profesionales del sector la notamos, por ejemplo, en la selección de menús. Las  familias piden que sean más elaborados”, manifiesta.
Lerma, propietario de Complejo Juleca, afirma que en su negocio habrá “un diez por ciento más” de celebraciones de este tipo que el ejercicio anterior. “Nosotros empezamos el día 18 de abril y tendremos las últimas el 31 de mayo”, dice.
Los dos primeros fines de semana del actual mes (este y el siguiente) son los que propician más horas de trabajo en Complejo Juleca, tal y como señala Lerma. “Esta fecha es muy buena en lo que respecta a facturación. Es uno de los mejores meses del año. Y el hecho de que coincida con el Puente de Mayo es aún más positivo”, añade.
El número de comensales varía en función de cada caso aunque, en tanto que es una cita de carácter familia, suele sobrepasar, como mínimo, la quincena. “Las hay de veinte, de cincuenta y hasta de un centenar”, comenta Pelegrín Lerma.
“La afluencia sí ha disminuido”, tercia Alberto Fernández, dueño de Casa Herminia, que asegura que tiene “más o menos” la misma cantidad de comuniones que en 2014. El hostelero aborda un factor que  le sorprende: la mayor demanda de los números y espectáculos para el público infantil. “Las madres los solicitan cada vez más”, apunta el empresario de la capital. Y agrega: “Parece que se apuntan a un concepto más americano del festejo: ponen mucho énfasis en la decoración”.
Lerma también asegura que la contratación de talleres y “shows” es muy solicitada. “Es normal que haya más opciones. La gente quiere globos, música en vivo e hinchables”, comenta el hostelero.
El precio de los menús de comuniones oscila entre los cuarenta y los setenta euros, según señalan ambos autónomos. También coinciden en que existe, más allá de las fechas con notable afluencia, un “nuevo” comportamiento del consumidor que invita al optimismo. “Todo lo que sea movimiento es bienvenido. La verdad es que sí apreciamos más motivación a la hora de gastar”, cuenta Fernández. “Hay un cambio psicológico. Lo hemos notado todo el año”, declara Pelegrín Lerma.
Antonio Villena, vocal de la Asostel y propietario de Taberna Don Sancho, reconoce que es un momento óptimo para quienes tienen salones. “Yo no le presto tanta atención a las comuniones, porque dispongo de menos espacio”, concluye.