Los refranes aceituneros
Ni me echo flores, ni exagero un ápice, es la pura verdad. Mis poemas, mis libros, buenos o malos, eso lo dirán mis lectores, han sido fruto de mi bloc, boli, mi paciencia y mis posaderas sentadas en un olivo. Lo mismo que Miguel Hernández cuidaba cabras a pie de un árbol, el olivo me ha ayudado a escribir.
Por eso, todo cuanto se refiera al árbol de Atenea y de Minerva, me interesa y me enamora. El olivo es sabio y su sabiduría ha recorrido todos los caminos de la inteligencia y de la cultura popular. Estoy leyendo el Refranero Español, dirigido por el catedrático Francesc Cardona y, me encuentro con estas joyas refraneadas. “Aceite de oliva, todo mal quita”, hasta para ablandar la cerilla del oído es bueno. “Aceituna amarga, con el vino pasa”. Y si es de cornezuelo, todo resuelto. “Una aceituna por San Juan y cien por Navidad”, hogaño, como siga sin llover, la cosecha no tendrás. “Quién con aceite anda, alguna mancha se le arrima”. Eso pasa cuando alguien se aprovecha de los olivareros y hace fortuna a costa de sus espaldas.