Los que son antisistema y el gazpao

Está de moda llevar la contraria a todo lo que se mueve. Los antisistema, como la mentira, tienen las patas cojitrancas y suelen tropezar en la primera piedra del camino. Quienes pretenden sacarnos de Guatemala para meternos en Guatepeor son aventureros con capacidad pseudointelectual que solo ambicionan a quitar de la bien remunerada poltrona a unos y sentarse ellos. Vivir del cuento es imposible, por la sencilla razón de que no hay abundantes cuentos para tantos cuentistas. Nuestro sistema democrático fue una carta magna consensuada por los españoles, menos unos cuantos adversos y confesos de comulgar con ideas tan inalcanzables a las yemas como los áureos vellocinos por los argonautas imaginarios. Es obvio. Nuestro sistema está salpicado de incongruencias, corrupciones y otras granujadas contrarias a la honradez, moralidad y transparencia. Un lavado de cara con jabón casero se impone, pero romper lo concordado no resulta ser lo más apto. Naturalmente. Soy antigazapos, aunque en la mirilla anterior no miré bien. “Me sabió” no es igual que me supo. En qué estaría pensando. Simplemente, se me fue la olla. Perdón.

    24 jun 2014 / 22:00 H.