12 dic 2008 / 23:00 H.
Los expertos aseguran que el responsable es la caída del precio del petróleo, pero sea lo que sea, la cuestión es que la inflación ha experimentado el mayor descenso de los últimos veintidós años. A priori, una buena noticia para los bolsillos exhaustos de la mayoría de los ciudadanos. Aunque en la provincia de Jaén la bajada de 1,2 puntos respecto a octubre no se haya visto reflejada, hay que pensar que los datos del Instituto Nacional de Estadísticatendrán antes o después también su reflejo en los jiennenses. Para los sindicatos, se trata de un escenario propicio para general empleo y paliar de alguna manera el fuerte impacto de la crisis en las familias más perjudicadas. A la hora de crear empleo siempre favorece más un nivel inflacionista bajo, aunque tan peligrosa es la inflación galopante como la deflación, el fenómeno inverso, un riesgo que algunos analistas comienzan ya a apuntar. En Andalucía el Índice de Precios al Consumo bajó el mes pasado un 0,4 por ciento con respecto a octubre, lo que debe interpretarse, en esta misma línea, como un ligero incremento en la capacidad adquisitiva de los consumidores. También las empresas encuentran un respiro, porque se mejora la capacidad competitiva en el exterior, al reducirse el diferencial de inflación con los países de la zona euro, tal y como se apuntó ayer desde filas socialistas. Además, la moderación de los precios es más rápida en España que en otros lugares. Llama la atención, entre otras cifras, que durante los últimos doce meses de este 2008 a punto de terminar, los precios de la electricidad, el gas y otros combustibles bajaron en Andalucía hasta un diez por ciento. Frente a todo un rosario de datos a priori positivos, no hay que bajar la guardia. El fantasma de la deflación y el riesgo de un exceso de confianza pueden dar sustos a una economía ya maltrecha.