Los "pikikis" alegan que nunca han vendido droga

La primera de las tres jornadas de juicio previstas por la conocida como operación “Tripol” se desarrolló sin grandes sorpresas. Los diez miembros del clan de los Pikikis acusados se sentaron en el banquillo de la Audiencia y, uno a uno, todos negaron haber vendido nunca un gramo de droga. Quien peor lo tenía para dar explicaciones era la matriarca de la familia, Sacramento C. C. La mujer, que está en prisión preventiva desde que la Guardia Civil protagonizó una de las mayores redadas antidroga que se recuerda en la provincia en los últimos años, aseguró que los 75 gramos de cocaína que hallaron en su vivienda no eran suyos: “Eran de un conocido que salió corriendo y la dejó allí cuando entraron los guardias”, sostuvo en el juicio. En la vivienda, también había una balanza de precisión, 20.000 euros en efectivo y objetos que, presuntamente, procedían de robos y con los que los consumidores pagaban sus dosis: “El dinero era mío, de vender en los mercadillos”, se defendió.

30 sep 2014 / 09:44 H.

 

Sus hijos Antonio y Armando M. C. están acusados por la Fiscalía de conformar el núcleo duro de la organización. Presuntamente, estaban detrás de un supermercado de la droga que abastecía de todo tipo de sustancias estupefacientes a los yonquis de Úbeda y comarca: “Ni vendo ni he vendido”, dijo uno de ellos. “En mi casa había unas micras, que eran para mí y que tenía escondidas porque no quería que mi esposa me viera”, remachó el otro.

Los demás acusados —hay diez en total— también negaron haber traficado con droga. En la casa de un sobrino de Sacramento, los agentes no hallaron ni un gramo de estupefacientes, pero sí 55 trozos de papel de aluminio, utilizado para fumar la droga: “Puede que fueran míos, porque estoy enganchado”, justificó Jesús M. C. Sobre la balanza que los guardias encontraron, dijo que la utilizaba para pesar la comida. Otro de los acusados, que guardaba una libreta en la que, según el fiscal, se anotaban las deudas contraídas por los consumidores, alegó que llevaba la contabilidad de su casa en ese cuaderno.

En poco más de una hora, el magistrado presidente del tribunal, Pío Aguirre, dio por concluida la primera sesión del juicio, en la que todos los acusados defendieron su inocencia. Hoy se celebrará la segunda, en la que está previsto la declaración de 35 testigos. Entre ellos, están los guardias civiles que investigaron durante meses las actividades del clan. También está llamado a declarar “Félix”, que es como se conoce al testigo protegido que, durante la instrucción de la causa, explicó que compraba droga en los domicilios de algunos de los procesados.