30 nov 2008 / 23:00 H.
Si de la necesidad se puede hacer virtud, el aceite jiennense parece dispuesto a dar los pasos que, desde hace décadas, requiere. Unas veces por la atomización del sector, otras tantas por la falta de voluntades y, también, por las experiencias fallidas, cuando no traumáticas, hacen que la provincia más productora juegue en una división menor de la comercialización. Ahora, ante los nuevos retos que debe afrontar (pérdida de ayudas o producción intensiva son un ejemplo) algo se “mueve” perezosamente en el ámbito de las cooperativas. La caída de precios de estos meses es sólo un toque de atención para invertir la tendencia y los malos hábitos adquiridos. El pasado jueves la Federación Andaluza de Empresas Cooperativas Agrarias (Faeca) instó a que estas sociedades vendan juntas el “oro verde” para que los precios suban. De hecho, el Consejo Sectorial del Aceite de Oliva tiene un ambicioso proyecto que pretende incrementar la rentabilidad a partir de la integración comercial de las cooperativas. Esta idea, según el organismo, estará en marcha para la próxima campaña en un intento por controlar los precios a los que se vende el producto. Porque sólo así los agricultores jiennenses podrán sumar esfuerzo y evitar la depreciación del óleo en los mercados, tal y como reflejan las transacciones de las últimas semanas. Pero no sólo en este ámbito se requiere unidad, porque desde la buena gestión conjunta y la capacidad de las explotaciones pequeñas para unirse para realizar compras, por ejemplo, se podrá mantener la rentabilidad de muchas fincas. Las cooperativas, por lo tanto, deben ser más ambiciosas en su capacidad organizativa y empresarial y dejar atrás modelos básicos que funcionaron bien en un determinado contexto pero que, en la actualidad, no se adaptan a las condiciones de un mercado en el que tienen una posición difícil. En definitiva, ponerse al día para ser competitivas más allá de 2013.