Los padres que perdieron a su bebé constatan "signos de sufrimiento fetal"
Los padres que demandaron al Servicio Andaluz de Salud (SAS) al entender que el hijo que iban a tener en el Complejo Hospitalario de Jaén murió por no realizarle una cesárea y por aplicarle durante el parto "una técnica tercermundista y prohibida desde los años 40" constataron en la vista que, según la autopsia, había "signos de sufrimiento fetal agudo, anoxia cerebral".
El abogado de estos padres, José Antonio Ramos, detalló a Europa Press que, después de que se celebrara la práctica de pruebas a raíz de esta demanda en la que los diferentes peritos propuestos tanto por ellos como por la compañía de seguros del SAS se sometieron a las cuestiones que les plantearon, esta familia presentó sus conclusiones ante el magistrado y ahora falta que el SAS y su compañía de seguros hagan lo propio.
Este letrado relató que en sus conclusiones ellos reclamaron que se estime íntegramente su demanda, justificando esta petición en que en el parto existía procúbito de cordón, que "es una de las nueve contraindicaciones absolutas por parto por vía natural y, por tanto, es preceptiva la cesárea".
Además, argumentaron que la gestación concluyó en un "auténtico desastre obstétrico" y que la autopsia también verificó, además de los signos de sufrimiento fetal, un gran hematoma subcapsular, en los pulmones una masiva aspiración de líquido amniótico-meconio y un hematoma cefálico.
Pese a todo ello, incidieron en que se desarrolló la maniobra de kristeller que consiste en ponerse sobre la barrida de la madre para ayudar en el periodo expulsivo y que los codemandados "no han explicado por qué motivo distinto a la mala praxis médica se ha producido sufrimiento fetal, anoxia cerebral, hematomas y fallecimiento".
El abogado incidió en sus conclusiones en que no se firmó consentimiento informado sobre estos riesgos ni de la alternativa de hacer cesárea y que, finalmente, el bebé falleció por una hipoxia aguda por hemorragia interna masiva.
Esta demanda contra el SAS se tramita en los juzgados de lo Contencioso-Administrativo de Sevilla --ciudad donde se encuentra la sede del citado organismo-- después de que la querella presentada por vía penal fuera archivada y de que la reclamación administrativa no recibiera respuesta por parte del SAS. En concreto, la mujer solicita una indemnización de 195.328 euros por responsabilidad de la administración sanitaria.
LOS HECHOS
En su reclamación, explica que los hechos se produjeron el 27 de agosto de 2003, cuando la mujer, con un periodo de gestación muy prolongado --unos diez meses--, cumplía una semana de ingreso en el centro hospitalario con dificultades para dar a luz, por lo que se había programado una cesárea. Ese día, los responsables sanitarios le aplicaron la anestesia epidural sin conseguir que el parto se llevase a efecto, por lo que 12 horas después aplicaron otra epidural.
La mujer denunció que los facultativos seguían intentando sacar al niño por vía vaginal a pesar de que "expresamente" les había indicado que "no tenía fuerzas y que quería se le practicase la cesárea" que había sido prevista. Además, recordó que tenía antecedentes de aborto y que había una serie de condicionantes que aconsejaban la práctica de la cesárea.
Pese a intentarlo con ventosas, el niño no era capaz de salir y el médico encargado continuó tirando del bebé "generando el sufrimiento fetal con sus repetidos, insistentes y torpes intentos de tirar del niño", al que estaba "ahogando y apretando cada vez más".
Además, siempre según el escrito de reclamación, a la madre llegó a aplicársele el método Kristeller, una maniobra de ayuda expulsiva consistente en "subirse encima de la madre para ayudarle al parto". No obstante, los representantes legales de la mujer indicaron que esta maniobra es "propia del siglo XIX" y que está prohibida "incluso en Africa".