Los olivareros necesitamos reciclarnos
Dentro de pocos años, el olivar, sus aceites y sus agricultores, sufrirán un cambio importante. El olivar tendrá su sitio que le corresponde, porque los aceites tendrán un precio más decente y el valor del olivo será firme, sin dispararse en exceso. Estamos asistiendo a un cambio silencioso.
Todo cuanto se habla y se lucha con la palabra echándonos la culpa unos a otros de las malas gestiones y malos precios establecidos por los poderosos del dinero que hoy por hoy son los que ponen los precios de nuestros aceites. Mientras más hablamos, menos nos ponemos de acuerdo, veo que cada vez es más difícil defender los precios, porque esto parece la torre de Babel. Las circunstancias de los mercados, solas pondrán las cosas en su sitio. El aumento de plantaciones está llegando al final, porque el olivar se cría donde se puede y no donde se quiere. Alguien dirá algo de China y otros países, por ahora solo es un cuento chino, para asustar a nuestros productores. Hay una cata de aceite como nunca podríamos imaginar, lo están catando muchos millones de personas que nunca nos podíamos pensar que esto pudiera ocurrir. En pocos años se creará el hábito de consumir este aceite en otros nuevos mercados, que están mejorando su economía, y les gusta también lo bueno, con el aumento del consumo, en unas décimas, haría falta más aceite de él que tenemos. Hoy por hoy, es la única solución, que se vea prosperar, basada en oferta y demanda. Esto va a ocurrir, no por la inteligencia de nadie, no obstante no faltara que alguien se declare, héroe salvador del agricultor. Son las circunstancias de los mercados y sus economías son las que marcan la pauta, y esta vez será como os digo. Repito, solo el dos por ciento de la grasa que comemos es de aceite oliva, con poco que aumente el consumo en un mercado que va camino de extenderse a medio mundo gracias a la facilidad del transporte aunque el precio es barato, pero la cata va en aumento. Todo llegará, en su momento.
JosÉ Valenzuela Lozano / PEGALAJAR