Los niños se vuelcan con el veranillo

Con la llegada del verano y el notable incremento del tiempo libre para los más pequeños, regresa el conocido “Veranillo de San Nicolás”. Este año pasa a denominarse “Veranillo” debido al cambio de ubicación, aunque al frente de su organización se mantienen los jóvenes de la Cofradía de las Lágrimas, como ya venían haciéndolo de forma tradicional.

14 jul 2014 / 22:00 H.


La iniciativa cumple 14 años. A lo largo de este tiempo han sido muchos los talleres, juegos, actividades formativas y de ocio saludable las que se han puesto en marcha para el disfrute y entretenimiento de cientos de niños y niñas de Úbeda. “Parece que fue ayer cuando empezamos con las primeras actividades, catorce años se dice pronto”, señaló Gabriel García, hermano mayor de la Cofradía de las Lágrimas. Y añadió: “Precisamente el Veranillo se ha convertido en el pilar fuerte de la cofradía, viendo cómo todavía hay niños que están dispuestos a seguir divirtiéndose y los no tan niños están invitados al coger las riendas y el testigo en la organización y coordinación, como monitores”. Las propuestas se alargan durante los meses de julio y agosto y los primeros días de septiembre, dos días a la semana, los martes y jueves, con un despliegue de juegos cargados de valores.

“Se pretende que no solo sea diversión, para que cada niño se lleve algo positivo a su casa”. Para esta edición son muchos los participantes, con la incorporación de caras nuevas, tal y como explicaron desde la organización, que vuelven a participar de la programación en el entorno del Parque Norte, a partir de las siete de la tarde, con actividades como gymkanas, juegos con globos de agua, harina o chocolate, talleres de manualidades para niños desde los 5 años hasta los 10 o 12 años. Además, el Veranillo está abierto durante todo el verano para todo aquel que quiera acercarse a pasar un buen rato.
“Una experiencia excelente, lo pasas genial cada verano”, precisó uno de los monitores, Gabi, que en su día fue uno de los participantes. También se cumplen diez años del campamento que se organiza desde el mismo colectivo en la plaza de Aguadulce la segunda quincena de agosto, “del que va subiendo el nivel y la calidad de las actividades, con una experiencia cada vez más bonita”.

El “Veranillo” supone dos días a la semana destinados a realizar estas entretenidas actividades, que alternan talleres para desarrollar la creatividad, visitas en grupo y juegos como yincanas, miniolimpiadas o deportes. Todo el material empleado se recoge de los fondos de la cofradía, que destina una gran parte de sus ingresos a esta iniciativa, totalmente gratuita. Además se realizan charlas para concienciar a los niños sobre el respeto tanto a los animales, medio ambiente y sobre todo la igualdad entre hombres y mujeres. “Intentamos que se conciencien que todos somos iguales y no hay que tener prejuicios a la hora de hacer actividades domésticas o ante personas de distinta etnia. Y que el respeto y la educación deben de estar muy presentes en su vida”, señaló Gabriel García.

En cuanto a los monitores, estos suelen ser hermanos de la cofradía, pero la iniciativa está pensada para que cualquier persona con ganas de trabajar y pasarlo bien junto a los niños pueda ser monitor, solo hacen falta muchas ganas de aprender y enseñar, “porque al fin y al cabo todos aprendemos de todos”. Cada año los participantes van cogiendo las riendas de las actividades.