Los niños ausentes

Juan Antonio García Molina desde Jaén. Después de contar una historia que solo tú conoces, a veces, queda la sensación de que por mucho empeño que pongas, por muchos detalles que des, no consigues trasmitir la esencia de la misma, la importancia del hecho o el significado que de verdad tiene eso que estás revelando; parece como si no consiguieses despertar ningún tipo de reacción en la persona que te escucha.  Esto pasa mucho cuando hablamos de la infancia.

    21 jun 2012 / 15:41 H.

     Los menores están ahí, pero no reparamos en ellos. Por ejemplo, hace poco salió la noticia sobre la pobreza infantil en España, cómo había aumentado el número de menores que vivían por debajo del umbral de pobreza, y también de cómo esto estaba ocurriendo sin que nadie se hubiese percatado del asunto. Esta cuestión es la que necesita una reflexión concienzuda. Qué pasa por nuestras cabezas para que seamos insensibles a la indefensión de los niños, y yendo un poco más allá, qué podemos hacer dentro de nuestro mínimo margen de maniobra para cambiar el orden de las cosas. Hablando sobre lo que conozco puedo decir que existe una medida para proteger a los menores más desfavorecidos, el acogimiento familiar, a través de la cual estos pequeños, que tienen que salir de su casa por estar sufriendo situaciones de maltrato o abandono, pasan a vivir con familias que les dan todo aquello que necesitan (cariño, tranquilidad, alimento, etcétera). Pero desde nuestra asociación, cuando salimos por toda la provincia de Jaén a contar esta experiencia tan maravillosa, mucha gente responde con sorpresa sobre que exista tan siquiera esta posibilidad o, en el otro extremo, no son conscientes, como comentaba al principio, de la importancia que supone que un niño o una niña viva de forma estable y lleno de afecto en una familia. Así llevamos seis años, contando esta historia de pequeños que piden un hogar para vivir. Y yo me pregunto: ¿Por qué la sociedad no pone el grito en el cielo cuando hay niños que tienen que entrar en centros porque no hay nadie que los acoja?, ¿dónde está esa solidaridad de la que tanto se habla dejando que niños no reciban la atención que requieren?
    Con este artículo solo deseaba que la sociedad jiennense fuera consciente de que muy cerca de nosotros, a nuestro alcance, hay muchas cosas por hacer, hay una senda abierta a la que aferrarse para hacer que las cosas sean un poco distintas, es decir, ofrecer nuestro hogar para un niño o una niña tenga la oportunidad de volver a sonreír.
    (Presidente de la Asociación para la Promoción del Acogimiento Familiar en Andalucía)