Los naberos disfrutan de unas fiestas entrañables
Benatae se viste de gala con motivo de su feria en honor de San Ginés de la Jara. Las celebraciones se abrieron, después del desfile de carrozas con disfraces, con el pregón de Félix Zorrilla. El orador es una nabero, casado y con dos hijos, que ejerce como jefe de la unidad de la Guardia Civil contra los Delitos del Patrimonio en Albacete. En su discurso habló de su amor por el pueblo y de la evolución de la sociedad, con recuerdo a los ausentes. El acto estuvo pasado por agua, pues descargó una tormenta. Por otro lado se homenajeó, en sus bodas de oro a Antonio Olivares González y Juana Navarro. También hubo un reconocimiento a Antonio Flores, el único niño nacido en el último año.

Ayer se vivió una salida vespertina de reses bravas y luego, un encierro con dos vaquillas de la ganadería de José Antonio Rubio, “Caramelo”, amenizado por la banda puertense Los Pizarrines. La verbena de Zodiaco cerró la velada. Las convocatorias previstas para hoy, a las seis de la tarde, son otra salida de reses desde la Tiná de la Panceta. Más tarde hay un encierro con un par de vaquillas pertenecientes a la misma ganadería que ayer y con idéntico acompañamiento musical.
Mañana, la jornada arrancará con una ofrenda floral, a partir de las once, dedicada al patrón, San Ginés de la Jara. Luego empezará un encierro infantil con “toros gigantes”. El punto de partida será la cooperativa y, a través del recorrido tradicional, se llegará al coso nabero. Los menores irán ataviados con ropa blanca y pañuelo rojo al cuello, una indumentaria que recuerda la celebración de los Sanfermines pamploneses. La verbena dominical corresponderá a la marchosa orquesta Fussis.
La última jornada festiva, la del martes, arrancará a las once de la mañana con la misa, las fiestas y la solemnidad en honor de San Ginés de la Jara. Después, la imagen saldrá en procesión entre el sonido del repique de campanas y el procedente de las piezas interpretadas por Los Pizarrines. El conjunto Fussis cerrará las celebraciones con sus canciones pegadizas y aptas para ser bailadas.
El pequeño municipio nabero se llena de gente con motivo de sus fiestas de agosto. Es una ocasión que no desaprovechan los emigrantes —actualmente radicados en diversas regiones— para regresar a su pueblo y convivir con quienes continúan en esta zona de la comarca de la Sierra de Segura.