Los 'Monagos' lloran a José

Rafael Abolafia/Jaén
José Vizcaíno Muñoz fue asesinado la pasada semana en el camino de las Cruces, el conocido como 'carril del butano'. Le reventaron la cabeza, al parecer con una piedra, arrojaron su cuerpo a una cuneta y lo taparon con maleza y ramas.

    29 sep 2011 / 10:08 H.

    El fallecido, de 45 años, era uno de los siete hermanos de una familia muy conocida por la Policía: Los “Monagos”.
    Agentes con muchos años de experiencia en el cuerpo han puesto las esposas en más de una ocasión a los miembros de este clan. Residentes en uno de los bloques del polígono de El Valle, le han dado a todos los palos de la delincuencia a pequeña escala: robos, hurtos, trapicheos con mercancía robada. “Han hecho de todo”, explica un veterano policía.
    La fechoría más grave de los “Monagos” está teñida de sangre: es el conocido como “crimen de la pastelera”, que se produjo en 1990. La mujer fue degollada. Por esta muerte pagó Antonio, uno de los hermanos de esta conocida familia que entonces tenía 16 años. “Apechugó porque era menor de edad y el castigo era menos severo”, aseguran las fuentes consultadas.
    Actualmente, otros dos miembros de la familia están en prisión. Uno de ellos cumple por una oleada de atracos en gasolineras y salones de juego. Fue detenido cuando intentaba atracar el casino existente en la calle Santo Reino, hace ahora cuatro años. Llevaba una escopeta de cañones recortados cuando la Policía, que había recibido un chivatazo sobre lo que iba a ocurrir, se le echó encima justo cuando se disponía a ponerse el pasamontañas.
    José, el “Monago” asesinado la pasada semana, tampoco era un santo. En su historial delictivo le constan dieciséis detenciones. La primera se produjo en el año 1983, por un robo con fuerza. Desde 1986, pasó varias temporadas en la cárcel. La última vez que pisó “la trena” fue en 2000. “Desde entonces estaba más tranquilo. No se había metido en muchos líos”, aseguran fuentes de la Comisaría. El único lunar se produjo en abril de este año, cuando lo detuvieron por coger una moto que no era suya.
    Eso sí, José se seguía moviendo en los mismos ambientes de toda la vida. Era habitual verlo en los bancos del polígono de El Valle, su barrio, o en el Parque de la Victoria. Casi siempre con un cartón de vino o una “litrona”. “Últimamente, estaba muy deteriorado, muy castigado por la vida”, asegura un policía que conoce bien sus andanzas.
    Su cadáver fue encontrado a primera hora de la mañana del pasado martes, día 20. Lo hallaron varios empleados que trabajan en las naves cercanas. El olor era nauseabundo en la zona, porque José Vizcaíno llevaba entre tres y cuatro días muerto, según han dictaminado los forenses, y su cuerpo presentaba un avanzado estado de descomposición. Se le vio con vida el viernes 16, cuatro días antes de que encontraran su cadáver. La Policía ha tratado de reconstruir lo que hizo esa jornada, dónde estuvo y con quién. La investigación avanza, aunque muy despacio: “Es muy difícil, porque se mezclaba con gente marginal”, explican fuentes de la investigación.
    Las fuentes oficiales de la Comisaría guardan silencio sobre el desarrollo de las pesquisas. Y es que la juez Gregoria Díaz, del Juzgado de Instrucción número 3, decretó que las actuaciones eran secretas. Mientras, los “Monagos” lloran la muerte de José.
    El cadáver estaba oculto con ramas
    El cuerpo sin vida de José Vizcaíno Muñoz apareció oculto en una cuneta cercana al Camino de las Cruces, conocido popularmente en la capital como el “carril del butano”. Estaba tapado con ramas y maleza. Lo encontraron unos trabajadores que pasaban por la zona. El olor que desprendía el cadáver los puso en alerta. Al parecer, “el Monago” llevaba entre tres y cuatro días muerto.
    De momento, no hay arma homicida
    Los forenses han determinado que la causa de la muerte de José Vizcaíno fue un golpe en la cabeza. Presuntamente, le dieron con una piedra. No obstante, la Policía todavía no ha encontrado el arma homicida, a pesar de la concienzuda búsqueda efectuada en todo el perímetro del paraje en el que se encontró el cadáver.
    Reconstrucción de lo que hizo
    La investigación tiende a reconstruir qué hizo José en las horas previas a su muerte. Se le vio con vida por última vez en la noche del viernes 16. Estuvo con mucha gente. La Policía ha interrogado a una decena de personas que estuvieron con él.