Los “microterremotos" se dispersan por el territorio pero no cesan
Escañuela, Larva, Jódar, Castillo de Locubín, Arquillos o Guarromán son algunos de los municipios jiennenses que han sufrido “microterremotos” desde que comenzó el año. Aunque los temblores nada tienen que ver con la serie sísmica que afectó a La Loma, lo cierto es que la tierra, de acuerdo con los datos facilitados por el Instituto Geográfico Nacional, la tierra no ha dejado de temblar en momento alguno. Tanto es así que, en función del periodo de tiempo que se analicen, los temblores son más continuos.

De esta manera, desde el pasado 1 de enero, la provincia ha experimentado hasta 32 movimientos sísmicos de una magnitud superior a 1,5. Los más destacados en este conjunto, son relativamente recientes. El último fue el mismo lunes, en Escañuela, cuando los sensores detectaron un “microterremoto” de intensidad 2,2. Es la misma magnitud del sentido en Albanchez de Mágina, el pasado 17 de mayo, y un punto por encima de el de Arquillos, experimentado tres días después, según los registros. Otro de los recientes, se produjo en Larva, el 30 de mayo, y alcanzó los 1,9 grados de magnitud.
En cuanto a la concentración de temblores, la mayor actividad sísmica se experimentó el 7 de enero, cuando se contabilizaron hasta cuatro temblores en Campillo de Arenas y Cambil. Justo un mes después, el 7 de febrero, los sensores del Instituto Geográfico Nacional apuntaron tres movimientos en Torreperogil en el mismo día. Pasada 24 horas, se repitieron en Begíjar y en Santiago de la Espada. La actividad sísmica parece que se intensificó con la entrada del mes de mayo. Desde entonces hasta ahora, se han contabilizado nueve movimientos, en sitios tan dispersos como Guarromán, Castillo de Locubín, Jódar, Escañuela, Larva, Carchelejo o Albanchez de Mágina.
A todos estos temblores se le suma el gran “susto” que se llevaron los jiennenses el 23 de febrero, cuando Ossa de Montiel (Albacete) sufrió un terremoto de 5,2 magnitud Richter y que se produjo a 10 kilómetros de profundidad. Fue uno de los temblores más sentidos de España desde 2012, cuando se produjeron los de Murcia. En la provincia de Jaén, fue notado en un buen número de municipios, una sensación que revivió la serie sísmica de La Loma. El temor y la inquietud vecinal volvió a la comarca jiennenses en septiembre del año pasado cuando, en apenas una semana, se contabilizaron una treintena de pequeños terremotos. Entre ellos, sobresalió el sentido en Begíjar y Lupión de una magnitud de 3,7 grados en la escala de Richter. Provocó grietas en algunas viviendas, que fueron inspeccionadas por técnicos municipales de Baeza para garantizar la seguridad de sus habitantes.