Los mejores deseos de paz y esperanza para el año que entra
Nochevieja, último día del año y a un paso de 2009, los que a diario hacen el periódico, tanto periodistas como personal técnico y administrativos, se suman al deseo de paz y esperanza en tiempos tan difíciles. Despedimos 2008 que ha sido un año convulso (hoy pueden disponer de un Suplemento Especial de 140 páginas) y cargado de novedades, deportivas y políticas, pero especialmente económicas. Habrá un antes y un después para Occidente y el Primer Mundo después de lo acontecido este año que finiquita, porque el capitalismo salvaje impuesto por Estados Unidos en los años ochenta ya no da pie al orden financiero mundial: la codicia, la usura y el engaño han sido compañeros de estas décadas y el sistema ha explotado en mil pedazos. De la recomposición que se haga debe reverdecer una nueva era, que esperemos sea más segura, a la par que más igualitaria. Con todo, y lejos del pesimismo generalizado, Jaén debe asumir la realidad cruda que nos ha tocado vivir con esperanza, porque de ese
optimismo dependerá sin duda que salgamos antes del pozo al que nos han llevado los desastres del sistema financiero, con pérdida millonaria de ahorros para miles de familias, y los bancos, que están ahogando a las pequeñas y medianas empresas con sus política actual negacionista de créditos y pagarés. Desde la palanca del aceite de oliva, aunque también en horas bajas por la caída en picado del precio, debemos afrontar los primeros meses de 2009, hasta tanto la maquinaria de la obra pública se ponga en marcha y genere empleo y riqueza. Es en estos tiempos de complicaciones múltiples cuando se agudiza el ingenio y de la necesidad se hace virtud y la provincia de Jaén, acostumbrada desde tiempos inmemoriales a averiguárselo todo por su cuenta, tiene delante una oportunidad de demostrarle al resto de España que no nos empequeñecemos “con lo que está cayendo” porque esfuerzo y ganas le vamos a poner.
optimismo dependerá sin duda que salgamos antes del pozo al que nos han llevado los desastres del sistema financiero, con pérdida millonaria de ahorros para miles de familias, y los bancos, que están ahogando a las pequeñas y medianas empresas con sus política actual negacionista de créditos y pagarés. Desde la palanca del aceite de oliva, aunque también en horas bajas por la caída en picado del precio, debemos afrontar los primeros meses de 2009, hasta tanto la maquinaria de la obra pública se ponga en marcha y genere empleo y riqueza. Es en estos tiempos de complicaciones múltiples cuando se agudiza el ingenio y de la necesidad se hace virtud y la provincia de Jaén, acostumbrada desde tiempos inmemoriales a averiguárselo todo por su cuenta, tiene delante una oportunidad de demostrarle al resto de España que no nos empequeñecemos “con lo que está cayendo” porque esfuerzo y ganas le vamos a poner.