LOS LUNNIS. Sonrisas para los niños
M. J. Velasco / Jaén
Los Lunnis cantaron a la Navidad en el Nuevo Teatro Infanta Leonor en dos funciones en las que grandes y pequeños disfrutaron de sus canciones más conocidas y simpáticos villancicos con los que celebraron el nacimiento del niño Jesús mientras vivían una interesante aventura.

Los Lunnis cantaron a la Navidad en el Nuevo Teatro Infanta Leonor en dos funciones en las que grandes y pequeños disfrutaron de sus canciones más conocidas y simpáticos villancicos con los que celebraron el nacimiento del niño Jesús mientras vivían una interesante aventura.
La nave espacial de los peluches más queridos de Televisión Española, Los Lunnis, aterrizó, de nuevo, en Jaén para que los habitantes más conocidos de Luna Lunera ofreciesen una actuación especial de Navidad en el Nuevo Teatro Infanta Leonor. Acompañados con su querido amigo, Joaquín Olivar, la mayoría de los protagonistas del programa ofreció dos funciones repletas de canciones y bailes que hicieron que padres e hijos lo pasasen muy bien con su presencia.
Las voces de Lucho y Lupita dieron la bienvenida a los asistentes antes de que ellos, la pequeña Lulita, el artista Lublú, el melómano Lulo y y la bella Lula salieran al escenario para comenzar con Lunalunera, una inspirada composición con la que recordaron su planeta natal basada en Mediterráneo, de Los Rebeldes. A continuación se les sumaron Olivar y la bruja Lubina, que les comunicaron que les esperaban para celebrar una fiesta sorpresa. Tras recibir una llamada telefónica de Lurdo, los amigos se dispusieron a preparar el equipaje para volver a casa a celebrar la Navidad. Mientras organizaban su partida y hacían las maletas, la hechicera quedó al mando y cantó Día de ordenar para entretener a sus compañeros. La menor de ellos, Lulita, quiso ayudarlos a encontrar sus cosas, pero nadie le hizo caso y se acordó de cómo le consolaba utilizar su chupete cuando era un bebé con Adiós chupetito. Los demás salieron sin demora sin darse cuenta de que la dejaban atrás y se quedó con Olivar a la espera de que pasasen a recogerla.
Por su parte, la expedición tuvo algunos problemas en su viaje, ya que la piloto, Lula, no consiguió que la nave funcionase correctamente, para lo que solicitó la ayuda de Lulo mientras interpretaron una rumba sobre las pocas prestaciones de los navíos de segunda mano. Ese fue el comienzo de una larga aventura para que Los Lunnis se reuniesen de nuevo.