Los jornaleros llenan los tajos gracias a la tregua del temporal

Ese maná del cielo que es el agua se ha convertido en las últimas semanas en una auténtica pesadilla para los jornaleros, que han visto cómo los campos se anegaban, algunos convertidos en lagos de la noche a la mañana, impidiendo toda posibilidad de entrar a recoger el fruto de los olivos. Ahora el temporal da una tregua, que parece que se prolongará al menos hasta el domingo, de manera que se abre una pequeña vía para la esperanza de recuperar el tiempo perdido. Incluso en condiciones impracticables por el barrizal en el que se han convertido las fincas de olivares, los temporeros se lanzan a intentar hacer su trabajo, porque es la única manera, no sólo de ganar un mínimo sustento para sus familias, sino de sumar las peonadas necesarias para poder tener acceso, después, a cobrar el paro cuando acabe esta campaña de recolección. Las inclemencias meteorológicas han hecho daño, sobre todo el viento, eso es innegable, pero no hay que ser catastrofistas en las primeras evaluaciones y esperar a que a partir de ahora no se pierda el ritmo en la recogida. En la otra cara de la misma moneda, es una buena noticia la desactivación del Plan de Emergencias por Riesgo de Inundaciones, que se puso en marcha después de la crecida del río Guadalquivir, que tuvo y tiene en jaque a municipios de la campiña norte, sobre todo Andújar y Marmolejo, además de anegar  viviendas y cultivos en la aldea vicallarrillense de Mogón. Esos son los casos más significativos, pero prácticamente toda la provincia sufre los efectos de este largo temporal, unos daños de los que se tardará tiempo en recobrar la normalidad. Aún es pronto para hablar de que todo ha pasado, porque queda invierno por delante, pero estos días de sol son un importante y ya necesario respiro. Con todo, muchos no dejan de mirar a los ríos y de vigilar sin descanso hasta que los cauces recuperen niveles menos alarmantes.

    16 ene 2010 / 10:30 H.