Los héroes no juegan al fútbol
José Ramón Talero Islán desde Andújar. ¿Qué ocurre en nuestra sociedad? ¿Valoramos y consideramos 'héroes' a personas que efectivamente animan y alegran los corazones de muchas personas, porque su profesión es ganar mucho dinero y darle patadas a una pelota? No tengo nada en contra del fútbol, ni de nuestra selección, es un deporte que me gusta, pero siempre hay que ubicar las cosas en el lugar que correspondan.
Por lo contrario, qué poco o nada se valoran las hazañas de las Fuerzas Armadas, salvamento de pateras y embarcaciones en Alborán, Libia, Somalia, Afganistán, etcétera, donde cientos de personas son rescatadas y devueltas a la vida. Qué poco se aprecia el desvelo de los Bomberos, que, por cierto, visten de rojo y amarillo como nuestra selección, por sofocar los incendios, mientras se juegan la vida a diario. Qué poco se estiman las hazañas de científicos, médicos e investigadores que son alabadas fuera de nuestras fronteras por su esfuerzo, valor, empeño a favor de la investigación y la vida, y aquí, qué poca atención les prestamos. Por último, no me puedo olvidar de esos héroes que, a diario, con su esfuerzo desinteresado (sin cobrar primas multimillonarias) y en estos momentos trágicos, en sus centros y parroquias mitigan la miseria y el hambre de muchos españoles que carecen de trabajo y de medios para poder mantener a sus familias. Según tengo entendido y me lo acreditan enciclopedias, diccionarios, etcétera: “El héroe posee habilidades sobrehumanas o rasgos de personalidad idealizados que le permiten llevar a cabo hazañas extraordinarias y beneficiosas, especialmente si requieren mucho valor (actos heroicos)”. Los héroes siempre han sido las personas que han destacado en la ayuda y el desvelo por los demás. Sin embargo hoy consideramos héroes y concedemos medallas y distinciones honoríficas especiales a cualquiera. No lo entiendo, ni quito mérito al esfuerzo de nuestros deportistas, que es orgullo para nuestra nación, pero no confundamos heroicidad con deporte y competitividad. No perdamos la cordura y mantengamos la ilusión y la esperanza, siempre desde la realidad.