Los estudiantes “se ponen en la piel” de los discapacitados

Los alumnos del colegio San Marcos experimentaron en su propia piel, toda la semana, cómo es la vida de las personas con discapacidad. Fue con motivo de la fecha homónima. Los docentes del centro mostraron a los estudiantes, a través de un programa, la importancia de la integración del alumnado con movilidad reducida.

07 dic 2015 / 10:38 H.

Las profesoras de Educación especial fueron las encargadas de explicar a los distintos cursos las dificultades que tienen las personas con algún impedimento sensorial o motor. Les recordaron que hay que ser sensibles, entender la incapacidad y que deben ayudarles en todo lo que necesiten, para adaptarse mejor. Por ejemplo, con el cambio del mobiliario urbano. Es decir, evitar las rampas y otros obstáculos. Los tutores de los grupos enlazaron el asunto con los derechos de los menores, lección que estudiaron, la semana anterior, para trabajar el respeto a las diferencias individuales.

Práctica. En las clases de Educación física, los estudiantes del “San Marcos” realizaron diferentes juegos de inhibición sensorial. Entre los ejercicios, los escolares, con los ojos tapados, tuvieron que hacer recorridos y confiar en el compañero que los guiaba. Al concluir la actividad comentaron que la sensación que experimentaron fue de “inseguridad”, a pesar de que sabían que sus compañeros no iban a dejar que les pasara nada; decían que se notaban más torpes. “Creía que me iba a tropezar todo el rato, aunque un estudiante me guiaba para un lado, yo me iba para otro”, “no es tan fácil como parece”, dijeron.

Otros, en cambio, acordaron entre los compañeros algunos trucos para ayudarles a salvar obstáculos, como, por ejemplo, propinar “golpecitos” en la pierna cada vez que había un escalón para que, así, su amigo no se cayese. Con este ejercicio los estudiantes no solo aprendieron las dificultades con las que conviven las personas ciegas, sino también la importancia de una buena comunicación para ayudar a quien lo precisa. Otro de los ejercicios que gustó mucho a los estudiantes del colegio San Marcos fue el futbolín humano. Y es que, por unos instantes, se sintieron como los muñecos de este popular entretenimiento. Con escasa movilidad, hicieron lo imposible por meter goles en la portería. “Ha sido divertido jugar al fútbol, pero no me ha gustado no poder moverme libremente”, dijo uno de los niños que participó en la práctica.

Empatía, comprensión, respeto y, sobre todo, una nueva experiencia es lo que aprendieron los estudiantes durante la semana dedicada a la discapacidad. Una lección que no olvidarán nunca los menores que participaron en la jornada de concienciación.