Los doce etarras presos en la cárcel de Jaén ya no están en aislamiento

Los doce presos de ETA que cumplen condena en Jaén o esperan juicio ya no están en el módulo de aislamiento. Se trata de una situación inédita en los casi veinte años de historia del centro penitenciario y coincide con el anuncio del fin definitivo de la lucha armada realizado hace unas semanas.

    14 nov 2011 / 09:48 H.

    El director de la prisión niega que ambos acontecimientos tengan relación alguna: “Se trata de una cuestión de operatividad interna. Hemos decidido trasladarlos a módulos normales para intentar cerrar el módulo de aislamiento, que tiene pocos internos, y destinar esos funcionarios al resto de dependencias”, justifica Juan Antonio Marín.
    Entre los reclusos terroristas que están en la cárcel jiennense hay históricos dirigentes y asesinos sanguinarios. Todos conviven ahora con presos comunes en los módulos cuatro, cinco, seis y ocho, que es destinado para mujeres. Lo llamativo es que es la primera vez que ningún preso etarra está en aislamiento. ¿Qué supone la reubicación? El principal cambio es que los miembros de ETA están mezclados con el resto de reclusos. “Es algo que ocurría antes”, asegura el director de la cárcel. Al estar clasificados como internos de primer grado solo pueden salir al patio cuatro horas al día. Disfrutan de este derecho por turnos “para evitar problemas”, es decir, un grupo por la mañana y otro por la tarde. Anteriormente, cuando estaban en aislamiento, también podían estar en el patio durante cuatro horas. La diferencia es que salían solos. 
    Varios funcionarios con años de experiencia en la cárcel jiennense explican que no se han producido incidentes entre los presos etarras y el resto de la población reclusa: “Ellos van a su aire. Pasan mucha parte del tiempo en sus celdas, viendo la televisión, escribiendo o leyendo”, aseguran las fuentes consultadas. Entre los últimos reubicados están Mattin Sarasola, uno de los autores del atentado contra la Terminal 4 del Aeropuerto de Barajas (Madrid), perpetrado a finales de 2006 y que acabó con la tregua declarada por ETA. Actualmente comparte espacio en el módulo seis de la cárcel de Jaén con Iñigo Zapirain Romano, detenido en marzo de este año en Bilbao dentro del marco de la operación contra el comando Otazua, al que se le atribuyen hasta catorce atentados, entre ellos los asesinatos del militar Luis Conde (en 2008) y del policía Eduardo Puelles (2009). También están en el módulo seis Ibai Beobide, detenido en febrero de 2010 por la Guardia Civil cuando se desplazaba en bicicleta con una pistola y varios planos, y Pedro María Olano Zabala, arrestado por colaborar con ETA y condenado a prisión por amenazar de muerte a la alcaldesa de Lizarta.
    Hace unas semanas, fue reubicado en el módulo cinco Aitor García Aliaga, del comando Madrid, que cumple una pena más de mil años de prisión por poner un coche bomba que causó un fallecido y noventa y siete heridos en 2001. Convive con él Javier Martínez Izaguirre, alias “Andoni”, que perteneció al comando Vizcaya que perpetró el atentado contra un guardia civil en el que murió su hijo de tres años.
    Hay otros dos presos de ETA que llevan más tiempo con presos comunes. Se trata de Jesús María Zabarte Arregui, conocido como el “carnicero de Mondragón”, y Jesús María Ziganda, un histórico de la banda. Otro dirigente, José María Arregui, ya no está en la cárcel jiennense, en la que pasó varios años.
    Rafael Abolafia/Jaén