Los desahucios, en crisis

Desahuciar. Según la Real Academia Española de la Lengua, “quitar a alguien toda esperanza de conseguir lo que desea”. La segunda acepción tampoco es muy alentadora: “Admitir que un enfermo no tiene posibilidad de curación”. Ya en la tercera llega el significado más aplicado durante los últimos años, el referido a los inmuebles: “Despedir al inquilino o arrendatario mediante una acción legal”.
Los desahucios se convirtieron, casi desde el inicio de la crisis, en uno de sus efectos más visibles y lamentables y propiciaron la creación de colectivos sociales como las Plataformas de Afectados por la Hipoteca, que luchan desde varios frentes —el judicial, la protesta a pie de calle, los medios de comunicación— para paliar los dramas humanos e intentar minimizar los estragos de préstamos con condiciones abusivas o imposibles de afrontar para algunos de los millones de parados que aún hay en el país.

21 jun 2014 / 22:00 H.


Precisamente, para intentar registrar de manera certera el número de desahucios —entre otros procedimientos—, el Consejo General del Poder Judicial elabora, desde el año 2007, la estadística “Datos sobre el efecto de la crisis”.
La última actualización, publicada hace unos días, refleja un claro descenso en la cifra de los lanzamientos con cumplimiento positivo —esto es: de desahucios—. De hecho, en el primer trimestre de este año los procedimientos de este tipo bajaron en la provincia casi un 57% respecto al mismo periodo de 2013. Se pasó, según la estadística del Poder Judicial, de 148 a 64. Estos son los que, paradójicamente, parecen haber entrado en crisis.
En el conjunto del país, la situación es muy diferente. Los 3 primeros meses del año vieron cómo el número de lanzamientos positivos aumentaba más de un 8%, hasta llegar a los 12.018.
situación. “Si han bajado o no, nosotros no lo notamos. Empezamos con la Plataforma de Afectados por la Hipoteca de Torredelcampo-Jaén hace más de 2 años y los casos, incluso, han aumentado”, explica Claudia Olivares, portavoz del colectivo. “Cada vez se acercan más familias con diferentes problemas: peligran sus casas, sus negocios o los de sus padres, porque les pusieron como avales”, enumera Olivares. “Nosotros nos dedicamos sobre todo a negociar con los bancos; con algunos se puede, con otros no, es mucho más complicado”, lamenta la coordinadora de la PAH jiennense.
“Soluciones reales no se dan, ninguna. Y hay gente que no quiere que se aplace el proceso un año o 2, porque les resulta como una muerte lenta”, declara Olivares. “Lo decía, por ejemplo, un muchacho de Jaén que tenía señalado el desahucio para el martes que viene. Conseguimos paralizarlo y, al fin, la entidad se comprometió a un alquiler social”, concluyen desde la PAH-Jaén.