'Los amigos'
Es difícil encontrar mejor rincón para celebrar la amistad, esa intimidad ya tan escasa, ese bien en vías de extinción, alegrándonos de estar juntos alrededor de una cerveza. Una es un decir. ¡Ah!, las tradiciones, estas son las que tienen sentido y son sabias, estas sí forman parte de lo más hondo y antiguo de la cultura mediterránea.
Si la autenticidad existiera, la encontraríamos aquí, en las tascas. Y nuestras tascas son esos pocos lugares que en Jaén quedan para evadirnos de los problemas, para relajarnos con una conversación en pandilla, con cualquiera, o entablando un diálogo inteligente con el camarero. Ya somos clientes, ya nos conocen, y nos gusta acodarnos en la barra. Vinillo de Lopera, patatas ali-oli, bocata de caballa con Musa. Me lo sé de memoria, como un clásico que no te cansas de releer, al que siempre acudes. Todas las tascas poseen su encanto, pero debo confesar mi debilidad por “Los amigos”. Buen ambiente, óptima calidad, mejor precio. ¿Se puede pedir más? Manuel e Isidro, Isidro y Manuel, trabajan juntos como hermanos y como amigos, compartiendo su vida. Para los que nos hemos criado en los bares, tabernas o tascas, no hay mejor forma de relacionarse, vivir y, diría incluso, existir. No sabemos, además, hacerlo de otro modo, ni hay más alta función social, ni rito más humano: estas paredes han sido testigo de tantas cosas, y a pesar de todo permanecen aquí para cobijarnos y darnos calor. Pero no hablemos de ayer, seguidores de Epicuro. Hoy comamos y bebamos.
Escritor
Juan Carlos Abril