Los agentes sociales no logran enterrar el hacha de guerra
Sindicatos y patronal no terminan de enterrar el hacha de guerra y, de manera sistemática, se puede comprobar cómo se incumplen todos los plazos que se han ido fijando hasta ahora. Estériles casi al cien por cien han sido las reuniones y la que mantuvieron el pasado miércoles no se sale de la tónica.
El asunto es más importante de lo que puede parecer, a pie de calle, porque hay mesas de negociación de convenios que llevan abiertas hasta nueve meses, en algunos casos, y sin perspectiva de poder cerrarse a corto plazo. Al menos, se ha rubricado el documento que permitirá desbloquear numerosos convenios colectivos que están en el aire y en los que se contemplan mejoras laborales que en la actualidad no se pueden ejecutar y, por tanto, los trabajadores no disfrutan. Los sindicatos CC OO y UGT se dieron un plazo de entre quince y treinta días para zanjar de una vez por todas estas desavenencias, pero desde la CEOE y Cepyme no se ataron las manos con calendarios y no secundaron la propuesta de las organizaciones sindicales. El clima, evidentemente, no es el más apacible para conseguir logros sociales, pese a que desde todas las partes implicadas se reconoce que hay mucho en juego. Después del último e infructuoso encuentro de esta semana no se fijaron medidas concretas, aunque se alcanzó un ambiguo compromiso de instar a las organizaciones sectoriales y territoriales a alcanzar soluciones lo antes posible.
El problema palpable es que, en este escenario actual, ninguno de los actores en conflicto está dispuesto a dar su brazo a torcer, por más que todos sostengan que ya lo han dado en demasía. Sin ánimo de buscar a culpables, la realidad es que las víctimas sí está claro las que son: quienes todavía conservan el empleo, todo un lujo se mire como se mire, pero que trabajan sin el paraguas de un convenio propio actualizado.