Los agentes sociales miran con buenos ojos la reforma laboral

El Gobierno ha puesto sobre la mesa el documento de la reforma laboral, un texto sobre el que se habían generado importantes expectativas en una complicada coyuntura como la actual. Acaba de presentarse y las primeras reacciones, a priori, dan pie para pensar que puede alcanzarse el esperado consenso. Entre las propuestas del Ejecutivo, planteadas por el propio presidente José Luis Rodríguez Zapatero, se apuesta por el fomento de la reducción de jornada frente al despido, con nuevos modelos de contrato a tiempo parcial con el que se quiere frenar el actual uso, demasiado extendido, de la temporalidad. Incluso, va más allá, con la propuesta de perseguir la temporalidad injustificada y mal utilizada de manera casi general, al igual que defiende que los contratos de formación generen también cobertura de desempleo.  El abanico de iniciativas es amplio y tendrán que ser analizadas en detalle, además de materializarlas  para que no se queden en el papel. Lo que sí se ha querido subrayar expresamente es que los derechos de los trabajadores no se verán mermados, una filosofía que puede que sea la que ha convencido a los sindicatos, que han valorado de manera positiva el escrito. También desde la patronal la postura es similar, aunque con matices, y se apuesta por reforzar el diálogo social para alcanzar cuanto antes el necesario acuerdo. Desde la oposición se critica que la propuesta laboral a los agentes sociales es un “desaire” para los más de cuatro millones de parados, un documento, a juicio del PP, lleno de “buenas intenciones” pero vacío de “medidas concretas”. En esta línea se pronuncia también IU, que ve en el texto “más música que letra y más filosofía que propuestas”. En todo caso el papel está ahí y hay margen, aunque no demasiado, para que se materialice de manera eficaz cuanto antes, como la herramienta que ayude al país a salir de la recesión.

    06 feb 2010 / 09:51 H.