Los accidentes laborales empañan una campaña complicada
Una sola muerte en el trabajo es ya un despropósito, por lo que hablar de tres en apenas dos semanas se escapa a cualquier calificativo posible. Los sindicatos UGT y CC OO se han echado a la calle para exigir a las administraciones que tomen cartas en el asunto y pongan de su parte cuantos medios sean necesarios para no tener que lamentar más pérdidas de vidas humanas.
Se da la circunstancia de que dos de los tres fallecimientos se han producido en los tajos, en unas circunstancias que aún están por terminar de investigar, pero que se producen en un contexto de por sí complicado. No se puede obviar que la campaña de recogida de aceituna se encuentra acelerada, al querer recuperar el tiempo perdido por el retraso acumulado a causa del temporal, que impidió a los jornaleros echarse al campo para coger aceitunas. Las tres muertes se han producido en el sector agroalimentario, tres víctimas que en sólo dos semanas suponen la misma cifra que en todo el año pasado en este mismo sector. Es necesario hacer un alto en el camino y reflexionar, antes de que la dolorosa estadística aumente. Las organizaciones sindicales piden que se extreme el control sobre los vehículos agrícolas, además de otros factores que influyen de manera negativa en la campaña de recogida, como es que los caminos rurales se encuentran muy deteriorados por las últimas lluvias o que las jornadas laborales se prolongan más de lo habitual para aprovechar los escasos días de sol. Un fatal cúmulo de factores que sólo contribuyen a poner en peligro la vida de los que se ganan el pan en tareas agrícolas. Resulta más que evidente que en pleno siglo XXI no se puede consentir que la siniestralidad laboral se convierta en algo casi cotidiano, sino que debe poner sobre alerta a todos los agentes implicados. La situación es dramática y cada uno ha de responder en su parcela de responsabilidad.