Los 27 esperan aprobar el lunes el embargo al petróleo iraní
Los ministros de Asuntos Exteriores de la UE esperan aprobar este lunes un embargo al petróleo y congelar los activos financieros del Banco Central iraní en respuesta a los avances en su programa nuclear a pesar de las reticencias que sigue manteniendo Grecia por su fuerte dependencia del crudo iraní, teniendo en cuenta las dificultades financieras por las que atraviesa el país, según han avanzado fuentes europeas.
Los Veintisiete prohibirán el lunes firmar "nuevos contratos" petroleros con Irán, aunque todavía no hay consenso sobre el 'periodo de gracia' para extinguir en un plazo de seis meses, a partir del 1 de julio, los contratos actualmente en vigor por las resistencias de Grecia, según han explicado fuentes diplomáticas europeas. Grecia ha pedido retrasar hasta octubre la restricción de los contratos actuales para buscar proveedores alternativos, algo que ha rechazado una mayoría de Estados, según distintas fuentes europeas consultadas, que admiten que el resto de las delegaciones "está de acuerdo" con esta fecha. Ante el rechazo de Atenas a aceptar el plazo de seis meses, Reino Unido, Francia y Alemania han endurecido su postura y exigen que estos contratos terminen en tres meses, a partir del 1 de mayo, según han confirmado otras fuentes diplomáticas. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, ya ha avanzado que España será "fiel" a los compromisos asumidos con la UE y apoyará un embargo al petróleo iraní pese al "perjuicio enorme" que la medida causará a Repsol y Cepsa tras asegurar que los países del Golfo se han comprometido a suplir las importaciones iraníes sin aumentar el precio. "Las compañías españolas ya han tomado las medidas necesarias para diversificar sus recursos", han avanzado fuentes diplomáticas españolas, que aseguran que, aunque España apoya "el compromiso" general para restringir los contratos actuales en seis meses, "no sería una tragedia bajar a tres meses", como piden París, Berlín y Londres.
"El único problema real es Grecia", insisten fuentes diplomáticas europeas. Además de la elevada dependencia del crudo iraní, el Gobierno de Atenas teme que proveedores alternativos aumenten la factura del petróleo teniendo en cuenta las condiciones muy favorables que le ofrece Irán y su ya de por sí delicada situación financiera.