Lopito, un portero con carisma

Aveinticuatro horas para el debut liguero del Linares en casa, Fernando López Huete, “Lopito”, atiende el teléfono en el bar que regenta su padre en el jiennense barrio de Santa Isabel de la capital. Allí, entre  cafés, tapas y bullicio, el portero azulillo despeja su mente mientras echa una mano a la familia en el establecimiento. Mañana hará realidad el sueño de miles de aficionados: volver a ver fútbol de Segunda B, tras seis largos años de travesía por el desierto. “Es lo que todos queríamos y lo que hemos estado persiguiendo durante tanto tiempo”, exclama el Zamora del grupo IX de Tercera las dos últimas temporadas. Por eso, mañana por la tarde (19:30 horas), él y la mayoría de sus compañeros sentirán un cosquilleo en el estómago cuando emboquen el túnel de vestuarios con dirección al campo. “Será especial, porque esta ciudad lleva seis años esperando este día. Estamos muy ilusionados, pero, al mismo tiempo, se respira un ambiente de enorme responsabilidad”, asegura el joven cancerbero.        

28 ago 2015 / 07:38 H.


Lopito es una figura del Linares a la altura de otros grandes guardametas que defendieron la portería azulilla, como el internacional yugoslavo Milorad Nizetic, Trigueros, Guerrero, Peio Aguirreoa, Joaquín Moso o el propio Óscar Benito, en la actualidad, ayudante de Torres. Dentro de un mes cumplirá los 23 años, en un momento de forma excepcional. Nadie discute su titularidad que se ha ganado a base de intervenciones milagrosas, como la estirada en el partido de ida en la pasada promoción ante el Castellón que evitó el empate del conjunto albinegro y abrió de par en par las puertas del regreso a la División de Bronce.
Criado en la cantera del Almería, sabe muy bien como las gastan los equipos filiales, si bien reconoce que el Granada B no es un equipo de promesas al uso. “No sabes por dónde saldrán. Y les da lo mismo ir por detrás en el marcador, porque suelen ir de más a menos. El Granada es un equipo meramente ofensivo, al que no le importa atacar todo el tiempo, aunque descuide la defensa”, señala. Este factor unido a que prácticamente José Miguel Campos, técnico rojiblanco, cuenta con una plantilla nueva, por lo que todavía está en pleno proceso de ensamblaje, pueden beneficiar al Linares. “Tenemos que aprovecharnos de esto pero con cabeza. No podemos convertir el partido en un correcalles, ni en carrusel de goles, porque lo podemos pasar mal. Debemos estar tranquilos y hacer nuestro partido”, advierte el meta. Lopito, al igual que el resto del colectivo, tiene muy claras las ideas y sabe perfectamente que no hay más objetivo que la salvación. “Es que pensar en otra cosa, cuando esto no ha hecho nada más que comenzar, es una equivocación. El primer paso hacia ella pasa por obtener un buen resultado ante el Granada B”, dice con gesto serio, consciente de que la permanencia se fraguara partido a partido.    
Afición. Lopito cambia el gesto a la hora de hablar de la afición. Es una de las razones por las que hace tres temporadas decidió firmar por el Linares. “No me equivoqué. Esta gente me lo ha dado todo y le estoy enormemente agradecido. No paro de recibir muestras de cariño y la única forma que tengo de devolver ese afecto es con trabajo y sacrificio”, asegura. Mañana, cuando salte al remozado césped de Linarejos, recibirá el Trofeo de la Peña Valgas Fresa, que otorga al mejor jugador del Linares de la pasada campaña. “Es un orgullo recibir el trofeo que hago extensivo a todos mis compañeros porque se lo merecen tanto o más que yo. Solo espero celebrarlo con un triunfo ante el Granada B”, confía. No tiene duda alguna en que las gradas del Municipal de Linarejos presentará un aspecto fantástico en el estreno en casa y destaca la sensacional marcha de la campaña de abonos. “Conforme esta la ciudad, y lo mal que lo están pasando algunas familias, solo tengo palabras de agradecimiento. No hay palabras para describir esto”, resalta.