Loma del Royo alegra sus días

La Asociación de Vecinos Loma del Royo celebra desde durante tres días su particular “verbena de mayo”. Francisco Céspedes, presidente de la entidad, se muestra orgulloso de unas fiestas que se desarrollan desde siempre, pero que en los últimos siete años han cobrado una emotividad especial. El viernes comenzaron las actividades y las calles cercanas a la sede ya se abarrotaban, primero para las exposiciones de trabajos en los talleres que se desarrollan a lo largo del año y segundo, para el concierto de la Banda Municipal, al que acudió alrededor de un centenar de personas. “El ambiente es magnífico y viene mucha gente. Además, durante la actuación musical los asistentes pudieron disfrutar del atardecer con vistas a los llanos de Jaén. Fue una estampa preciosa con un color rojizo muy bonito”, detalla.

24 may 2015 / 08:45 H.


El pregón estuvo a cargo de Rafael Cámara Expósito, presidente de la Asociación Cultural Iuventa y colaborador habitual de la asociación de vecinos, muy involucrada en la defensa del patrimonio de Jaén, su cultura y tradiciones. Ya el sábado, desde las diez de la mañana, aconteció la VI edición del campeonato de fútbol 7 para niños de entre ocho y trece años, en el que participaron, además de un equipo de Loma del Royo, otro de la Puerta de Martos. Al término de los encuentros se repartieron trofeos y caramelos. El “cañón de espuma” centró la atención desde las 12:15 horas y, durante poco más de una hora, se produjo una “guerra sana” entre los presentes con sesenta pistolas de agua y mucha diversión en el ambiente.
“Intentamos organizar unas fiestas sencillas y que fomenten la convivencia. Estamos encantados de que se acerquen los familiares de los vecinos”, continúa el presidente, que está muy satisfecho de ver la afluencia de gente y el chiringuito a rebosar de personas cada día. Asegura que hoy, el día más grande, no para. Está dedicado para los niños, que tienen a su disposición un castillo hinchable gratuito, animación musical y monitores de globoflexia, aunque la mayor actividad son las cuatro paellas cocinadas por los vecinos al mediodía (cuatro cocineros y siete u ocho “pinches”), con sartenes de un metro de diámetro. El tiro de cuerda o la gran cucaña también aglutinan a los más pequeños para el desarrollo de los juegos. Cuando llega la hora de reponer fuerzas, sobre las cinco y media de la tarde, se procede a una gran chocolatada en la que se reparten más de cuatrocientos ochíos, para los que se trasladen hasta la plaza principal del barrio.
La actuación del mago José Blas cierra las celebraciones esta noche, justo antes de que se desarrolle el sorteo de una bicicleta de montaña a través de papeletas “gratuitas” como colofón. Francisco Céspedes espera que con estos actos se mantenga, durante muchos años, este ambiente de fraternidad en el barrio.