LOLA CASTRO LÓPEZ "Ofrecemos un amplio abanico de trabajos de imprenta digital"

Juana Pastor Rama
Lola Castro López nació en Valdepeñas de Jaén. Es una mujer activa, emprendedora y con un gran sentido de la responsabilidad. Retrocede en el tiempo y nos evoca los gratos recuerdos que guarda de su infancia. Creció —dice— muy feliz y siempre se sintió arropada por el cariño de sus tíos y abuela, ya que sus padres se dedicaban a la hostelería y era difícil atender todo a la vez. Aun así, al ser un pueblo pequeño             —comenta— todos se conocían y el cariño de todos hizo que “la niña de los Manueles” (que así la llamaban), creciese feliz y saboreando todo lo bueno que tiene la vida.

    27 mar 2011 / 09:16 H.

    —¿Cuándo se viene a Jaén?
    —A los 10 años, mi familia decidió dar un giro a su vida, trasladándonos a Jaén en el año 1979. En esas fechas comencé a estudiar en el Colegio Cristo Rey; mi padre se puso a trabajar en la copistería que ya por entonces regentaba mi hermano Manolo y mi madre en casa cuidaba de nosotros. Más tarde, comencé en la Universidad la carrera de Derecho, pero me salió todo bien torcido, ya que, al no sentir una verdadera vocación, dejé los estudios y me puse a trabajar en una asesoría. Después de varios años, esta cerró y aproveché la vacante que mi hermano tenía en la copistería para trabajar ya con él. Esto fue allá por 1994. Fueron años, como en todos los trabajos, de aprender, de cometer errores, de conocer el negocio en todas sus facetas, ya fuese la técnica o la de aprender a tratar con el público.
    —¿Le supuso un gran esfuerzo o contó siempre con el consejo y la experiencia de los suyos?
    —Comencé en la tienda que había en Paseo de la Estación y, en 1995, abrimos una nueva copistería en la Avenida de Andalucía, donde conocí a Pili, compañera que aún sigue a mi lado, compartiendo con ella muy buenos momentos y también, como en todos los trabajos, otros no tan buenos. Aunque todo se aprende y todo se supera, sobre todo, si te encuentras rodeada por compañeros como eran los técnicos y el departamento de administración, que te aportaban conocimientos y te ayudaban a aprender algo de lo poco que hoy se. Las regañinas más fuertes me las llevé por parte de ese jefe que tenía, que, de puertas para adentro, era “el ogro del jefe” y, de puertas para afuera, mi hermano, difícil mezcla pero con grandes frutos: hoy estoy al frente de Copiservic.
    —¿Desde cuándo está la empresa en Jaén?
    —Ya son 48 años los que Copiservic forma parte del sector de la reprografía de Jaén. Pienso que es toda una entidad, pero, sobre todo, es una empresa que se levantó con el esfuerzo de muchas personas y cada una ha aportado su granito de arena, haciendo que hoy se identifique este nombre con lo mejor del sector de la copistería.
    —¿A quién destacaría como persona importante de su empresa?
    —La persona más importante y que más ha contribuido a ello es Manuel Castro López, su fundador; fruto de su labor es que, hoy en día, aún seguimos aquí y, aunque él me ha dado paso en esta nueva etapa y me ha dejado las riendas de este negocio, su labor es como los grandes cargos de esas multinacionales, el consejero delegado, con la diferencia de que aquí unimos dos grandes mundos: el empresario y el familiar.
    —¿Qué han supuesto las nuevas tecnologías en su empresa?
    —Hoy en día avanzamos con las tecnologías y se aprende sí o sí. Soy una negada para el ordenador, pero no hay más remedio, nos tenemos que adaptar y estar al día de los nuevos programas así como las nuevas maquinarias que, en nuestro caso, la marca Konica-Minolta nos ofrece. De estas nuevas tecnologías, el campo de la informática así como internet y su uso son bases indispensables para el trabajo de la reprografía hoy en día.
    —¿Cuántos trabajadores hay en la firma?
    —Copiservic está formada por un equipo de tres personas: Pili del Salto, Rafa Ruiz y Lola Castro. Los tres formamos un buen equipo, cada uno en nuestra faceta. Pili es una “todoterreno”. Lleva 16 años, es una trabajadora con carácter y lo hace todo, lo mismo te desmonta una máquina, que te realiza el diseño para unas cartas de restaurante. Es la segunda de abordo, mis pies y mis manos, pero, sobre todo, mi amiga. Rafa es nuestro chico. Lleva con nosotros casi dos años y cualidades como la responsabilidad, el buen hacer y el ánimo de superación han hecho que apostemos por él. Día a día va tomando nota de lo que es este mundo de las fotocopias.
    —¿Desde cuándo lleva las riendas?
    —Mi responsabilidad en la empresa ha pasado de ser la encargada de la tienda en todos estos años, a compartir la misma con mis sobrinos Cristóbal y Manolo desde julio de 2010 y a hacerme con la gerencia de la copistería que, hoy en día, se encuentra en la Avenida Muñoz Grandes.
    —¿Qué principales servicios ofrecen?
    —Los servicios se basan en las fotocopias, ya sean en blanco y negro o color. Ambas se fusionan y  forman parte del mundo del diseño gráfico que también trabajamos, realizando tarjetas de visita, cartas de bares y restaurantes, tarjetas de boda, recordatorios de comunión, orlas para colegios, entre otros. En definitiva, ofrecemos un amplio abanico de lo que llamamos trabajos de imprenta digital.
    —¿Alterna bien la vida familiar con la de empresaria?
    —Mi vida familiar es como la de tantas mujeres que trabajan mañana y tarde, con lo que la tarea de compaginar ambas es un asunto delicado. En mi caso, cuento en todo momento con el apoyo de mi marido, Miguel, que me ayuda siempre y al que le tengo que agradecer su paciencia y comprensión. Con respecto a mis hijos, aunque son pocas las horas que paso con ellos, intento que sean de la mejor calidad como toda madre; ellos son mi razón de vivir.
    —¿Cómo definiría el perfil de su cliente?
    —Los clientes suelen ser muy variados: desde el que va a resolver temas burocráticos y necesita una fotocopia del DNI, a grandes empresas que se dedican al mundo de la fabricación de muebles, la formación o también el mundo de  la enseñanza, al que apoyamos desde hace años.
    —¿Qué otros servicios prestan a los estudiantes?
    —Para los estudiantes ofrecemos el servicio de ordenadores a fin de poder acceder a la página de la Universidad y, así, de forma particular, pueden agilizar sus trabajos de impresión. Otros servicios pueden ser el de venta de material de papelería y de oficina, servicio de fax y encuadernador en varios modelos.
    —¿En su empresa se ha notado también la crisis?
    —Por supuesto que también nos ha afectado. Los clientes se ajustan a un presupuesto establecido por sus empresas; el cliente de calle hace más números y, si nos vamos al estudiante, ni qué contar, si antes se encuadernaban los temarios, hoy nos comentan que es mejor poner una grapa para así poder salir los jueves. No obstante, intento ser optimista y pensar que esto pasará; eso sí, cuanto antes mejor.
    —¿Cuántas horas al frente de Copiservic?
    —Estando el patio como está, todas las necesarias. Sé que hay que trabajar, y mucho, para seguir adelante con la empresa, pero también hay que vivir, que la vida son tres días y ya llevamos dos vividos.