Lo que está de moda

Para empezar, vamos a poner las cosas claras, yo soy político, afiliado a un partido desde el año 1977, mi carné está firmado por un tal Santiago y una señora llamada Dolores. Intervengo en decisiones políticas del partido con mi voto, pago anualmente varios cientos de euros de cuota, con ese dinero colaboro para que mi partido me defienda, en el Parlamento y en el Gobierno de la Junta de Andalucía, de los hachazos que nos pegan día si y el otro también los políticos del PP, que, poco a poco, nos están dejando sin nada, ¡Vale! También soy sindicalista, afiliado a un sindicato de clase desde 1979, en mi primer carné aparece la firma de un tal Marcelino, ¿a que les suena? Con la cuota que pago, de varios cientos de euros al año, mi sindicato me defiende de los posibles despidos masivos de contratados laborales y después, posiblemente, de funcionarios, es lo que exige el PP a todas las comunidades autónomas. Y mi sindicato me defenderá de todos estos abusos. Y también soy funcionario de carrera, con orgullo, con mucho orgullo, gano unos 2.000 euros al mes, sin descontar la distracción (por no emplear otra palabra más gruesa) de la paga extraordinaria de Navidad, unos dos mil euros; trabajo en la escuela treinta horas semanales y otras diez horas más en mi casa preparándome las clases. Aprobé las oposiciones, con mucho esfuerzo y tesón, 25 temas de psicopedagogía de memoria y una programación escrita y después expuesta oralmente ante un tribunal más serio que el mismísimo tribunal de la Inquisición. Café, centramina y codos, muchos codos. Dos años sin pisar la calle, sin tomarme una cerveza con mi mujer y con una ansiedad que todavía no he salido de ella. Ahora bien,  la Escuela de Magisterio está abierta para todo el mundo, le aconsejo a los que tanto critican a los funcionarios que primero, aprueben la ESO, después el bachiller con reválidas,  rescatadas del túnel del tiempo por el PP y que aprueben la carrera con muy buenas notas, por la alta competitividad que hay no regalan nada a nadie. Y, por último, que se busquen una buena academia y que dentro de unos cuatro años, si las convocan, se presenten a las oposiciones y que las aprueben, que eso está por ver. Cuatro años es el tiempo que le queda al PP en el poder, tiempo en el que no va a convocar ningún tipo de oposiciones.  Y acabo, los partidos políticos, los sindicatos y las comunidades autónomas son la columna vertebrar de nuestra Constitución, de nuestra democracia y de nuestras libertades; los que atacan a los políticos, a los sindicatos y a las comunidades autónomas solo buscan el triunfo de un tecnócrata tipo Monti, un populismo xenófobo y racista, o una solución militar duradera. Así de claro.
José María Morillas Mediano