“Lo peor no son las heridas físicas, sino las psicológicas”

Rafael Abolafia / Jaén
Montserrat Martos todavía está postrada en una cama. Hace doce días, su novio la apuñaló con un cuchillo de cocina y le dio una paliza salvaje. Está viva de milagro: “Lo peor no son las heridas físicas, sino las psicológicas”, dice su madre, Montserrat Vacas, que no se ha movido de su lado ni un solo día.

    07 feb 2009 / 10:59 H.

    “Se acuerda de lo que ocurrió y lo pasa muy mal. Llora sin motivo, le cuesta mucho dormir y apenas quiere hablar con nadie”, explica la progenitora para referirse al estado de su hija. Físicamente, está bastante mejorada. Ya se levanta y puede dar pequeños paseos. Sin embargo, Montse aún no ha recibido el alta médica. Está a la espera de que en el Hospital Neurotraumatológico le practiquen una resonancia magnética. Los médicos pretenden comprobar el alcance de las lesiones que la joven sufre en el cuello a consecuencia de los golpes que, presuntamente, le propinó su novio, Jesús V. F. “Hasta que no le hagan esas pruebas, no nos podremos ir a casa”, aclara Montse Vacas.
    Los hechos ocurrieron el pasado 27 de enero en el piso que compartía la pareja, ubicado en la Avenida de la Universidad, de Jaén. Habían discutido la noche de antes porque Montse había planteado a Jesús dejar la relación. Alrededor de las ocho y media de la mañana, el hombre, de 23 años, le asestó a Montserrat Martos varias puñaladas con un cuchillo de cocina. El corte más grave está en el cuello, muy cerca de la yugular. Después, según el relato de ella, le propinó numerosos puñetazos y patadas por todo el cuerpo y, a continuación, se marchó, dejándola a ella tirada en el suelo.
    Pocas horas después, Jesús V. F. fue detenido por la Policía Nacional en un descampado cercano al Estadio de La Victoria. Al juez que instruye el caso le dijo que se le habían “cruzado los cables”. El magistrado del Juzgado de Violencia de Género de Jaén, Miguel Sánchez Gasca, lo envió a prisión preventiva, acusado de un delito de homicidio en grado de tentativa. Desde entonces, está en el Centro Penitenciario de Jaén. De forma paralela, el juez ordenó que se investigara si Jesús V. F. hizo una llamada desde su teléfono móvil al Servicio de Urgencias para avisar de lo que había ocurrido, tal y como sostiene su defensa. De ser así, podría suponer una circunstancia atenuante en su conducta. La víctima, mientras tanto, todavía debe prestar declaración ante el juez.