Lo bello de la belleza

Ahora, a las mujeres nos gustan los hombres con barriga cervecera. Me acabo de enterar. Puede que ellos, hartos de la presión por modelar su músculos en el gimnasio, hayan lanzado a eso que Jung llamaba “inconsciente colectivo”, la idea de que el michelín es bello. Y me parece bien. Los humanos somos demasiado adictos al cuerpo.

    18 may 2015 / 14:51 H.


    Aún más: Al cuerpo de formas perfectas. La prueba son los anuncios de belleza que se sitúan siempre en los primeros lugares por volumen de facturación de las televisiones, aunque, como consecuencia de esa obsesión por la estética trasmitida y potenciada por la publicidad, se haya venido forjando en mujeres y hombres una epidemia de alteraciones conductuales impensables hace apenas una generación. Sin embargo, a pesar de que nosotras seguimos sumergidas en una eterna operación bikini, los cánones masculinos coquetean con liberarse de esa pesada carga. Ellos quieren ser “fofisanos”. Es decir, que van a poder estar fofos siempre que mantengan el aspecto robusto y saludable de un hombre de toda la vida.
    Pero imaginemos por un momento que tal vez, solo tal vez, a las personas lo que de verdad nos guste del cuerpo del otro sean aquellas formas que no se pueden definir, apenas tantear. Las mismas formas de las que están hechas las tormentas, las olas, los volcanes, el viento, la selva, el desierto, los guiños: La dureza de las rocas, la maleabilidad de la arcilla, la dulzura de las fresas, la rigidez de los huesos, el dolor del veneno inyectado por la araña, el aroma de una mata de tomates, el sonido del mar, del río, de las gaviotas, de una soprano, de un chelo, de tu corazón.
    E imaginemos que algún día lo más “trendy” sea enseñar, precisamente, esa parte; la que adjetiva la vida y la hace que sea vivible, bella. Como dice el Bhágavad Guita: “Lo bello de la belleza”.
    Y entonces, tal vez, solo tal vez, podamos ver algo más que cuerpos cuando recojamos personas de las aguas del Mediterráneo, de los escombros en Nepal, de las ruinas de Gaza, de la frontera entre México y Estados Unidos, de la valla de Melilla, de los contagios por el Ébola, de la guerra de Afganistán, de Yemen, de Ucrania, de Nigeria, etcétera.