Lluvia de fe a la Reina de Porcuna
Manuel Jalón/Porcuna
La Reina de Porcuna fue recibida entre vivas, flores y cánticos. En su procesión hacia la ermita hubo momentos intensos, como la parada en la casa del fallecido Pepe Cobo o el esfuerzo de los anderos, que esperaron toda la noche para llevar a la Señora de Alharilla.
La Reina de Porcuna fue recibida entre vivas, flores y cánticos. En su procesión hacia la ermita hubo momentos intensos, como la parada en la casa del fallecido Pepe Cobo o el esfuerzo de los anderos, que esperaron toda la noche para llevar a la Señora de Alharilla.
Entre un sol radiante, la Santísima Virgen de Alharilla, con manto verde, se presentó en la puerta de la ermita a hombros de sus infatigables anderos, que pernoctaron agarrados a los varales para que nadie les quitara el honor de llevarla, mientras cientos de romeros aplaudían y daban vivas a la Señora de los porcunenses. Así comenzó la vibrante procesión de la patrona por el llano de la aldea de Alharilla. La comitiva la encabezaron las banderas al viento de las distintas cofradías (Porcuna, Arjona, Arjonilla y Escañuela), con sus juntas de gobiernos, mayordomos, autoridades y las respectivas bandas. Los devotos entonaron cánticos a la Reina de la Campiña y, durante el recorrido, pero sobre todo en el Humilladero, la imagen “bailó” y “giró” al ritmo de la música.
Al paso por la casa de Pepe Cobo, el coro de la hermandad le brindó varias coplas y los vecinos de las casas colindantes le lanzaron una lluvia de pétalos, mientras que la viuda, la hija y los nietos regalaron cientos de claveles desde su terraza. También en la casa de hermandad de Arjona se recitó una poesía y se la adoró con unas sevillanas. En el último tramo hacia su ermita, un gentío inmenso despidió a la Virgen. A la entrada se le cantó una salve y, en el interior, aguardó la banda Virgen de las Angustias, que obsequió a la Señora con varias interpretaciones.
Con los cuerpos cansados, romeros y hermandades retornaron a sus pueblos de origen. A las nueve de la noche, la cofradía de Porcuna llegó al municipio y recorrió algunas calles hasta despedir a los mayordomos en su domicilio. Un año más se cumplió con la tradición sin incidentes importantes que señalar. Destacaron desde la mañana los disparos de cohetes, los sonidos de cascos de caballos, los trajes de flamenca y los desfiles desde la casa de los hermanos mayores, Ángel Cobo y Luisa Jiménez.