Llenar el carro de la compra cuesta igual que hace un año

El Observatorio del Comercio Minorista del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio revela que los alimentos solo se han encarecido el 0,1% en el último año. Está lejos de Almería o Segovia, en las que crecieron un 4,2% y, sobre todo, sigue en el grupo de las ciudades españolas en las que acudir a los mercados o a las tiendas de alimentación resulta más barato, lo que constituye un auténtico lujo, sobre todo, si se tiene en cuenta que entre la capital de provincia más económica —Valencia— y la más costosa —San Sebastián— existe una diferencia del 19% o, dicho de otro modo, que el mismo carro de la compra cuesta en una 100 euros, mientras que en la otra hay que pagar 119.
 En este horizonte, Jaén es la octava capital de provincia más económica para comprar alimentos. No se trata de una posición adquirida en los últimos tiempos, sino que está muy acorde con el nivel de vida de su gente y, también, con los sueldos que cobran sus trabajadores que, precisamente, no están entre los más elevados del país, sino, precisamente, buena parte de ellos destacan por lo contrario.
las mejores compras. Un español que quisiera adquirir alimentos de la manera más económica posible tendría que acudir a comprar a Valencia, Albacete, Murcia, Castellón, Cuenca, Cáceres, Teruel o Jaén. En cambio, las peores cuentas —se dejaría más dinero en los puestos del mercado, supermercados o grandes almacenes— salen si acude a San Sebastián, Las Palmas de Gran Canaria, Bilbao, Santander, Pamplona, Gerona, Barcelona o Santa Cruz de Tenerife. Asimismo, el Observatorio también pone de relevancia que no todos los jiennenses compran las mismas marcas o productos o, lo que es lo mismo, hay algunas familias que buscan marcas y género más caro, mientras que otras se ajustan a las ofertas y miran más los euros cuando van a comprar. Precisamente, en este sentido, los jiennenses que optan por el carro de la compra más económico obtienen una diferencia a su favor del 39% en relación a los que no seleccionan tanto los productos en función de lo que cuestan. Este porcentaje se traduce en que las familias jiennenses que van más a lo económico pagan por el carro de los alimentos 100 euros, mientras las que seleccionan menos —determinadas por el euro— encuentran un tique de 139 por el mismo género, aunque distintas marcas.
la contención del precio. El ambiente económico no invita, precisamente, a que los productos alimentarios cuesten lo mismo que hace un año. Hay que tener en cuenta que, en los últimos doce meses, ha subido el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), que les afecta directamente. Además, el incremento del precio del gasóleo —la mayoría se transporta por carretera— y de la energía también deberían apuntar a una tendencia alcista o, lo que es igual, inflacionista. En cambio, no ha sido así.
 La situación de crisis económica trae muchas cosas malas, pero también algunas buenas. El consumo “late” con “pulso” débil, lo que ha avivado la “guerra” feroz que tienen las grandes cadenas de distribución y supermercados. La competencia por dar los mejores precios es tremenda —incluso lo garantizan en sus campañas comerciales, lo que beneficia a los consumidores—. Además, existe un gran peso de la marca propia o también llamada “blanca”, que en los últimos años se caracteriza por la calidad y el bajo precio. lo que le ha hecho entrar en más carros de la compra.
Enrique Alonso /Jaén