Llega como agua "de julio"

Las cifras oficiales dicen que, desde hace 20 años, unas 25.000 personas, las que viven en los ocho municipios de El Condado, sufren frecuentes cortes de agua, problema que se intensificó a partir de 2007. Datos que hablan de una realidad: la recurrente pesadilla de que, en pleno verano, con temperaturas cercanas a los cuarenta grados, personas mayores y familias con niños al abrir el grifo para, al menos, poder refrescarse con una ducha, no sale ni una gota de agua. Un día tras otro. En pleno siglo XXI, en un país desarrollado.

24 jul 2014 / 22:00 H.

“Algo tan básico como abrir el grifo de tu casa y que no tengamos agua ni en calidad ni en cantidad era como si de un asunto del Tercer Mundo se tratase”, decía Juan Diego Requena, alcalde de Santisteban, hace unos días. Y ayer mismo, desde las cinco de la tarde, la estampa volvía a repetirse. Cuarenta y dos grados en el termómetro y otra vez sin agua. Los vecinos, desesperados.


Ahora, aunque ha tardado dos décadas, la solución parece estar más cerca: ya se han iniciado las obras, que consistirán en la sustitución de las tuberías en dos tramos que abarcan unos 22 kilómetros. Ayer mismo, la máxima responsable del Gobierno central en Andalucía, Carmen Crespo, junto con el presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, Manuel Romero, estuvieron en Santisteban para poner la primera piedra de esta obra. Con ella, la promesa de que estos históricos y frecuentes cortes en el abastecimiento que sufre la comarca, acabarán. Para ello, informaron de que las obras cuentan con un presupuesto de 3,7 millones de euros.


Esta cantidad se invertirá en la sustitución de poco más de 22 kilómetros de tubería de fibrocemento existente, instalado en los años 70, por otra de fundición. Una pequeña parte de los trabajos, según informó la Delegación del Gobierno en Andalucía, la instalación de 500 metros de canalización, ya ha concluido y ha costado 220.000 euros. La primera fase es la que ayer se inició y comprende el tramo Partidor-Banderín Partidor-Castellar y supondrá la instalación en zanja de 13.363 metros de tubería de fundición dúctil de 400 milímetros de diámetro en una traza paralela a la conducción actual. Esta tubería dispondrá, informan desde la Confederación, de desagües y ventosas a lo largo de su traza para garantizar la evacuación y admisión de aire. Para estos trabajos, se destinan 2,16 millones de la inversión.
Y la tercera fase se centrará en el tramo Castellar-Santisteban, donde se instalará también una tubería de fundición dúctil a lo largo de 8,8 kilómetros en una traza paralela a la conducción existente y adecuándose a la distribución del cultivo del olivar. En aquellos tramos en los que las pendientes longitudinales superen los máximos establecidos por los fabricantes se procederá a la instalación aérea de la conducción sobre apoyos de hormigón.
De plazos de finalización de obras, la administraciones no mencionaron ayer nada. Aunque sí, un día antes, el subdelegado en Jaén, Juan Lillo, ya habló de que podría tener “una duración de alrededor de seis meses, aunque todo dependerá de las condiciones meteorológicas”.