Líderes en esconder tesoros
¿Qué jiennense no ha traído a su casa a un amigo de otra provincia y se le ha caído de espaldas anonadado al visitar la Catedral, o pasear por Úbeda y Baeza, o contemplar las vistas de la capital desde el Castillo? Cualquiera. Porque somos líderes en esconder tesoros, sin querer quizá, pero los tapamos.

Porque taparlos y no saber venderlos viene a ser lo mismo. Dicho sea con todo el cariño. Parece que después de más de diez años auto hipnotizándonos con la marca de Paraíso Interior, con los millones que se han invertido ya en eso, deberían conocernos hasta en Marte. Cosa que creo que no ha sucedido aún. Es obvio que algo falla y, si no es mirarnos demasiado el ombligo, poco le falta. Si yo fuera turista en Jaén me quedaría por lo menos dos noches, no sólo para romper la estadística de una vez por todas, sino para disfrutar de los lujos palpables e intangibles que hay por doquier. Desde el verdor de los cuatro parques naturales, hasta los espléndidos monumentos renacentistas, pasando por una gastronomía con aceite de oliva que fluye de norte a sur y de este a oeste de esta provincia. Razones hay a mansalva para ser potencia turística, la clave es salir, cuanto más lejos mejor, y con imaginación. Ir a donde no va nadie a robar turistas, si es necesario, tirando de la mejor tradición de bandoleros serranos. Como por ejemplo, cogerlos en nuestro aeropuerto (nuestro y de Granada, perdón) y secuestrarlos a punta de oferta turística irrechazable, o colocar un estand jiennense en cualquier evento de relieve que congregue a potenciales visitantes. Ir a la fuente, a donde ya están. ¿Tan difícil es? Se ven demasiados políticos en las fotos de Fitur y ciertas cosas hay que dejarlas en manos de profesionales. No se puede pedir peras al olmo. Algo hemos avanzado en promoción turística, al menos nos lo creemos nosotros mismos, que no es poco. Pero, si para dar un paso echamos siempre mano de la teta pública, mal vamos. Y todos los mandamientos se resumen en uno: más iniciativa privada y menos subvención. En turismo, y en todo. El negocio no puede estar en las ayudas.