Ley de Tráfico, en marcha
Como cada normativa que se estrena, la reforma de ley de tráfico y seguridad vial llega con su toque de polémica. En vigor desde ayer viernes, implica una subida de las multas, la prohibición de los detectores de radares o la obligatoriedad del casco para ciclistas menores en ciudad, entre algunas de las medidas más significativas que afectan de manera directa al ciudadano. Hay algunas que llaman especialmente la atención, como el caso de que se podrá inmovilizar un vehículo si circula con niños sin sistema de retención infantil o que sea el conductor el que tenga que responder en caso de atropellos cinegéticos. En algunos preceptos hay que esperar aún, porque no se concreta su aplicación, como el caso de los tramos de autovía y de autopista que, según el texto, podrán aumentarse hasta los 130 kilómetros por hora su límite de circulación. Habrá que evaluar con cuidado las zonas y no se han establecido los criterios en sí, porque deben concretarse en una modificación en el Reglamento General de Circulación, un extremo que se materizará el próximo mes de junio.
Es preciso esperar a un cierto rodaje en cuanto a su aplicación real, como en todo, para ver hasta dónde llega el alcance de la normativa y si, como se critica desde algunos colectivos, responde más un interés recaudatorio que a mejorar la seguridad viaria en general. Esa es, a la postre, la gran disyuntiva, como se genera cada vez que se instala un nuevo radar en la carretera, sobre todo, si es en un tramo exento de peligro para el conductor. Los datos arrojarán luz y claridad sobre un balance ulterior. Hoy por hoy, un poco más de prudencia y sentido común al volante, desde luego, no vienen mal.
Es preciso esperar a un cierto rodaje en cuanto a su aplicación real, como en todo, para ver hasta dónde llega el alcance de la normativa y si, como se critica desde algunos colectivos, responde más un interés recaudatorio que a mejorar la seguridad viaria en general. Esa es, a la postre, la gran disyuntiva, como se genera cada vez que se instala un nuevo radar en la carretera, sobre todo, si es en un tramo exento de peligro para el conductor. Los datos arrojarán luz y claridad sobre un balance ulterior. Hoy por hoy, un poco más de prudencia y sentido común al volante, desde luego, no vienen mal.