Levantar el velo
El velado se semioculta adoptando una posición de recogimiento e introspección ajena al mundo que lo rodea, ocultando las veladuras la visión clara y diáfana del entorno inmediato y del general. El poder real que no es otro que el poder económico sigue oculto, y entre tanto, el poder político adopta medidas en un sentido y en el contrario para tratar de contentar al velado.
El poder que emana del pueblo no interesa a los mercados, les sirve fundamentalmente para barnizar de democracia los intereses puros y duros del capitalismo. Un mundo globalizado se asemeja a un prisma de múltiples caras en el que nos reflejamos de manera distorsionada a conveniencia de quienes tienen el poder de girarlo. Las Agencias de Calificación, absolutas desconocidas para el conjunto de la sociedad, pero creadas desde hace tiempo por el capital, no son otra cosa que empresas que por cuenta de un cliente califican productos financieros de empresas, Estados o Gobiernos y que funcionan como un oligopolio producido por la propia legislación, y lo que es peor aún, están registradas como empresas de periodismo por lo que legalmente solo hacen una labor de información no sometida a control judicial ni al escrutinio público. Nosotros, los Estados Europeos carecemos de agencias propias que califiquen con rigor nuestros riesgos y valores, y parece también que carecemos de voluntad política para poner freno a esta desmesura, que está cambiando un modo de vida largamente trabajado.
Ana Barberán