Levantando ilusiones

Juan Manuel García da el último sorbo al café antes de dirigirse al entrenamiento. Tiene 49 años y desde hace solo dos meses ha vuelto a la actividad. Practica una disciplina deportiva “ingrata y abnegada”. No hay rival enfrente, ni pelota alguna a la que golpear. Levanta kilos y kilos de peso con la única compañía de su entrenador de toda la vida, Hilario Montalbán, y el espíritu de superación que ha marcado su carrera desde que ingresó, a los catorce años, en el Club San Juan Bosco de Linares, una escuela por la que han pasado alguno de los mejores halteras de España.

13 nov 2015 / 12:08 H.

Juan Manuel García fue uno de ellos en las décadas de los 80 y 90. Su nombre aparecía en todos los cuadrantes de las principales pruebas del calendario nacional e internacional. Incluso, se quedó a las puertas de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92. Mañana, este deportista linarense se reencontrará con muchos de sus rivales de aquellos tiempos, con los que compartió kilómetros en la carretera, vestuario y confesiones. “Es lo mejor de volver a la competición, reencontrarme con esa gente, a la que tanto quiero y admiré”, explica Juan Manuel García, que el sábado se enfrenta a su primera gran prueba de fuego en el Campeonato de España para mayores de 45 años. No tiene ni idea de cómo responderá el cuerpo. “He estado mucho tiempo sin coger una barra. Solo llevo dos meses entrenándome y, como es lógico, todo requiere un proceso. Las sensaciones son buenas, pero habrá que verlo sobre el terreno”, comenta.
Dice que una de sus mayores virtudes es la constancia, la de fijar un objetivo y no abandonarlo hasta conseguirlo. Las razones de su regreso son variadas. ¿Merece la pena tanto sufrimiento? Asegura que el deporte mantiene la mente ocupada y le da fuerzas para levantarse por la mañana. Juan Manuel García está en paro y cuida a su padre, quien sufre una grave enfermedad que le impide valerse por sí mismo. Su último trabajo fue el de transportista, aunque se ha dedicado a muchas cosas. Habla con emoción de su regreso. No para de mirar el cuadro del torneo de Gandía. Será de los primeros en competir. “Las primeras tandas son las más complicadas, porque estás frío. Lo importante es no perder la concentración y mantener la ilusión hasta el final”, señala. Acude con una mejor marca personal de 100 kilos en arrancada y 125 en dos tiempos. “Para llevar solo dos meses, creo que está bien”, remata el único jiennense en el Nacional.
Sueña con lograr un buen resultado con vistas al futuro. Quiere reverdecer viejos laureles en Europa, donde se codeo con la flor y nata de un deporte dominado por los halteras de los países del Este y por los turcos. “Me gustaría participar en la prueba de Finlandia del próximo año. Es una ilusión que hace que me esfuerce más”, asegura, mientras se dispone a levantar 100 kilos con la única ayuda de sus brazos y su fuerza motriz. En la halterofilia cuenta cada kilo, y los deportistas conocen hasta cuánto pueden luchar sus cuerpos contra la gravedad. “Trabajo para estar cada día mejor y sentirme bien conmigo mismo. No sé hasta dónde llegaré”, afirma José Manuel García, un hombre sencillo, que habla desde el corazón, con la nobleza de un campeón al que el deporte le ha dado una nueva oportunidad.