25 may 2014 / 22:00 H.
Llegamos a la edad de ser abuelos, un tiempo que para unos es muy necesario y que para otros supone una carga. Hablo de algo tan natural como envejecer y hacernos mayores, un fenómeno que vivimos en todas las familias y que está muy ligado a cambios de orden físico en el que la familia juega un papel clave. Según los recursos económicos y el espacio del que disponen los hogares se dan distintas situaciones. Hoy en día las opciones son muy variadas, desde las residencias hasta los centros de día, pasando por la atención domiciliaria. El gran diferencial ahora en tiempos de crisis es que, en muchos casos, los abuelos mantienen la economía familiar al convertirse en el único ingreso con el que cuenta la familia. Para mi el proceso de hacerme mayor ha supuesto un proceso de regeneración en toda regla y, en gran medida, lo debo a las personas con las que día a día comparto inquietudes e ilusiones, profesionales que comprenden qué es la Tercera Edad. Hoy en nombre de todos los mayores agradezco vuestro cuidado, atención y compromiso. Gracias por hacer de nuestra edad un lugar soleado.