Le llaman desahucio

Recuerdo. Allá por los años cincuenta, como se me quedó grabada y clavada en el alma la imagen del echamiento, no había desahucios, de una medio anciana, bajita, tal vez viuda, del piso que habitaba en solitario en una de las calles de Córdoba. La veo visitando las casas vecinas, solicitando una ayuda para poder pagar lo que debía de renta.

    01 nov 2012 / 18:14 H.

    Nadie le ayudó y en mi casa tampoco. La sigo viendo, pasadas décadas y décadas. ¿Y hoy que pasa? Lo de hoy es lo mismo de repugnante pero peor. Hoy es el dinero, la bestia feroz que todo lo domina y además sin que nadie “oficial” haga nada para tratar de, al menos tratar de estos asuntos y de estas personas. Que no, joder, que no, que ya está bien de crisis, de ayudas, de Bankias, de jubilados millonarios, de economías y olvidarse de las personas a las que solo se tienen presentes cuando se habla de elecciones. Pues precisamente en Granada, está presente alguien que agobiado, ha tenido la dignidad de que no lo echen de su piso aquellos que merced a todo esto se forran de dinero. Ignoro, como parece ser el procedimiento, si lo ha sacado de la vivienda esta policía vestida de azul que tanto juego le están sacando. Esta noticia, ahora todo son noticias, no dará para mucho. ¡Que se ahorque una persona porque no puede pagar su vivienda importa poco! Y no me digan que no es tanto, porque es más, mucho más. Yo, personalmente siento vergüenza de ser cobarde. Y si protestas te dicen extremista. Le llaman desahucio.

    Escritor
    Félix Martínez