Laura López disfruta de las Navidades más emocionantes

“Para nosotros, esto ha sido el mejor regalo que nos han podido hacer sus Majestades de Oriente”, explica su tía Lola López, que estuvo con Laura en una de las noches más bonitas del año. Han sido los primeros Reyes de la “chica milagro” desde que volvió a la vida tras superar un coma de diez meses. Hay que recordar que, el pasado 30 de diciembre de 2010, en plenas fiestas navideñas, la joven, que entonces tenía 20 años, sufrió una hemorragia cerebelosa.
Tras ser ingresada en estado comatoso en el Hospital Neurotraumatológio de Jaén, operada en Granada del cerebelo e ingresada en el Doctor Sagaz de Jaén (antiguo Neveral), Laura volvió a su casa el 30 de julio con pocas esperanzas, según los médicos, de que pudiera despertar. No obstante, lo hizo para sorpresa de los doctores y, desde entonces, no ha hecho otra cosa que progresar: “Se ha marcado una meta. Nos ha dicho que quiere empezar a andar para la Semana Santa”, asegura Lola López. Y en ese caminar ha vuelto a disfrutar de las pequeñas y grandes alegrías que da la vida. En su perfil de Facebook, puede verse cómo la familia López Montiel celebró la entrada del año nuevo. Una guapísima Laura, vestida con un vestido negro, maquillada y con su melena alisada, emocionó a todos los suyos que la acompañaron en una noche mágica. Especialmente vibrante fue el momento de tomar las uvas. Ella lo hizo de forma simbólica llevándose la mano a la boca en cada una de las 12 campanadas.
Justo después, comenzó a llorar de alegría. “Nos abrazamos todos. Es una sensación que no puede expresarse con palabras”, asegura una de los familiares en la página web creada para apoyar y difundir la historia. Esa Nochevieja tan especial, Laura rió, cantó y hasta llegó a bailar moviendo sus hombros y las manos al son de la música. Después, llegó a sujetar una copa de cava para brindar por las alegrías venideras.
Y una de esas alegrías fue la cabalgata de los Reyes Magos. La joven se dejó llevar por la ilusión de sus Majestades de Oriente. Presenció el desfile desde la puerta de su tienda, Bicicletas Laura, un negocio que puso en marcha junto a su padre, el exciclista Manuel López, en la Avenida de Andalucía. Con ella estuvieron parte de su familia. Entre ellas su tía Lola, quien asegura que los Reyes han sido muy generosos con Laura: “Le han dejado los regalos del año pasado y también los de este”, ironiza. Incluso, el Rey Melchor llegó a pararse delante de ella para hacerle un guiño especial.
La “chica milagro”, como ha sido bautizada, no deja de trabajar para intentar recuperarse totalmente. A pesar de que para muchos las fiestas navideñas han significado vacaciones, ella ha seguido tratándose prácticamente a diario en una de las sedes de la Asociación de Daño Cerebral Adquirido de Jaén (Adacea). Allí, cada día, durante varias horas, trabaja con un fisioterapeuta, un logopeda, un terapeuta ocupacional, un neuropsicólogo y un monitor. Como su propia tía asegura, se ha marcado la meta de volver a andar en Semana Santa: “Es muy voluntariosa, estoy segura de que lo va a conseguir”, explica.
Y mientras tanto su familia sigue con las distintas iniciativas que pretender recabar apoyos económicos para comprar un coche adaptado, que permita que Laura pueda desplazarse. La última fue el sorteo de una bicicleta, una Lapierre Tecnium 200, para realizar rutas de montaña. Se pusieron a la venta 1.000 papeletas, que tenían un precio simbólico de tres euros. Se agotaron todas e, incluso, hubo más demanda. El pasado día 4, se realizó la rifa y resultó agraciado el número 350. De momento, y según confirma Lola López, no ha aparecido el agraciado. “Esperemos a que venga a por su premio a la tienda”, explica. No ha sido la única iniciativa para recaudar fondos. Hay que destacar el gesto solidario de Víctor Figueroa. Este técnico de asesoramiento de empresas también es músico. Toca el piano y acaba de publicar un disco, “Renacer”. Todo lo recaudado con su venta irá a parar a la adquisición del coche adaptado para que Laura pueda retomar su vida. Se hicieron 1.000 copias que se acabaron muy pronto y ya se han editado otras 2.000. Rafael Abolafia / Jaén