12 oct 2015 / 10:28 H.
Sucede siempre que cada vez que la Iglesia publica un documento de forma oficial encuentra con prontitud la simpatía de unos y la antipatía de otros. Esta encíclica del Papa Francisco, que si bien no ha sido una sorpresa ha resultado toda una novedad, se coloca en la tensión generada entre los detractores y los simpatizantes. Por vez primera un pontífice ha abordado de manera concreta toda la temática ecológica. Ya con anterioridad sus predecesores apuntaron algo al respecto pero ha sido ahora cuando el Papa se ha pronunciado de manera específica y con el que está siendo su inconfundible estilo. Para algunos este documento papal se puede definir como una gran Carta Magna de la Tierra que recoge no sólo el grito de los pobres sino también el del Planeta. “Alabado Seas” es el título que rememora el Cántico de las Criaturas de San Francisco de Asís y que enuncia al mismo tiempo una oración de alabanza y agradecimiento al Dios creador de toda vida. Para algunos tal vez sea Laudato Si y, para otros, puede ser No pero nunca podremos dudar de la gratuidad y delicadeza con que la Tierra se nos da.