Las Viñas, un lugar idílico para pasar la época estival
Muchas familias, con la llegada del verano, y especialmente en el mes de agosto, fijan su lugar de residencia en Las Viñas de Peñallana. Las luces que en la noche iluminan porches y lonjas lo atestiguan.
Estas casas de campo construidas en la Sierra de Andújar, en la antesala del parque natural, junto a las carreteras del santuario, de la Alcaparrosa y de la Lancha deben su nombre a la primeras viviendas, que se levantaron con fines agrícolas, en torno a la vid, hacia el siglo XVI.
Estas casas de campo construidas en la Sierra de Andújar, en la antesala del parque natural, junto a las carreteras del santuario, de la Alcaparrosa y de la Lancha deben su nombre a la primeras viviendas, que se levantaron con fines agrícolas, en torno a la vid, hacia el siglo XVI.

El uso de esta área como lugar de ocio llegó mucho después y tiene su origen en los años 20 del siglo pasado. Ingenieros vinculados con las grandes obras que se realizaron en la zona, como el puente sobre el río Jándula y la presa de la Lancha, construyeron inmuebles para establecerse mientras duraran las tareas. Esto inspiró a algunos terratenientes locales a reformar sus viejas edificaciones o a proyectarlas desde cero como espacio de descanso, lo que dio paso a una paulatina proliferación ción de casas con los mismos fines, hasta la entrada en vigor de la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía en el año 2002, que suspendió la concesión de licencias para levantar este tipo de viviendas.
En la actualidad, la mayoría de las “viñas”, unas mil en total, se utilizan como segunda residencia durante fines de semana y periodos vacacionales. En el paraje, el verano se pasa en las partes más frescas de las casas y en la piscina, con paseos, conversaciones y disfrute en la mesa de la cosecha del huerto y de las estrellas. No en vano, Sierra Morena ha recibido el galardón internacional de Reserva y Destino Turístico Starlight, concedido por la Unesco, que se otorga a los lugares del planeta que presentan las mejores condiciones para la observación del cielo nocturno.
Desde que se descubrieron sus encantos, Las Viñas se ha convertido en un recurso turístico. El lince ibérico es el protagonista, pero también se reciben muchas visitas de senderistas, ornitólogos, fotógrafos, cazadores y amantes y estudiosos de la naturaleza en general. Varios restaurantes y alojamientos rurales completan la oferta turística. El centro de visitantes Viñas de Peñallana, que acaba de estrenar gestión, facilita toda la información sobre el parque natural y trabaja en proyectos de dinamización como una exposición de fotógrafos.