Las víctimas civiles sufren la dura ofensiva israelí en Gaza

La crisis humanitaria en Gaza se agrava por momentos, debido a que la ofensiva que ha desplegado Israel impide que se distribuya la ayuda entre los supervivientes de los ataques. La advertencia llega de la mano del subsecretario general de la ONU, John Holmes, que ha puesto el dedo en la llaga: los que más sufren en los conflictos bélicos son siempre los más débiles. Hambre, frío, falta de agua y luz y la amenaza continua de las bombas convierten la vida de palestinos en un auténtico infierno. El alimento escasea en territorio palestino por el fuerte bloqueo israelí, ante lo que es clave detener cuanto antes las hostilidades. El colapso de los servicios hospitalarios es ya una realidad, aunque hasta el momento todo han sido oídos sordos, por ambas partes, y la tensión se aviva día a día desde que comenzaran los ataques a finales de diciembre. Se habla de 530 palestinos muertos y alrededor de 2.600 heridos desde que comenzara la ofensiva “Plomo Fundido”, pero es evidente que las cifras de fallecidos son también parte de la guerra. Todo es relativo y se utiliza de manera tendenciosa, aunque lo que sí parece confirmado es que al menos el veinticinco por ciento de los fallecidos son civiles. Tampoco hay que olvidar el contingente humano que intenta huir de la zona demanera desesperada, prácticamente con lo puesto, un importante grupo de desplazados que se han quedado sin nada y a los que hay que socorrer de inmediato. Mientras, la diplomacia trabaja a contrareloj, en una doble banda, pero sin éxito alguno. Por un lado, el presidente francés ha comenzado una gira por Egipto, Cisjordania, Israel, Siria y el Líbano, desde donde insta a que se pare la violencia y, por otro, se busca el fin de los bombadeos con una misión de la Unión Europea, encabezada por el ministro checo cuyo país y de la que forma parte el español Javier Solana. Los esfuerzos son intensos pero infructuosos.

    05 ene 2009 / 23:00 H.