Las tormentas dan un duro golpe a varios municipios olivareros
Las tormentas del lunes en la provincia se cebaron, especialmente, con el municipio de Villacarrillo. El persistente granizo inutilizó tragonas y causó que la posterior lluvia inundará calles y afectara a comercios y viviendas. En tan sólo diez minutos se registraron cincuenta litros por metro cuadrado lo que motivó el colapso de varias calles, entre ellas la más afectada, la Avenida de Andalucía.
Aunque no hubo que lamentar daños personales, los técnicos del Ayuntamiento tendrán que evaluar la cuantía de los desperfectos materiales. Lo que sí ha trascendido, en una primera estimación de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), es el daño que la tormenta causó en el olivar de la población. Entre 1.500 y 2.000 hectáreas sufren daños considerables y se considera que un 70% de la aceituna en Villacarrillo se ha perdido en algunas explotaciones. Un verdadero varapalo para cientos de olivareros afectados y que pierden buena parte de la cosecha de este año. Unas pérdidas que, en este caso, se suman a la “grave crisis” que, según la propia organización agraria vive el olivar jiennense. UPA cifra en 192 millones de euros el dinero que dejará de percibir el olivarero jiennense. Una situación que ligan directamente a las prácticas abusivas de las cadenas de distribución y la utilización del aceite para ofertas de “producto gancho”, con precios por debajo del coste de producción. Si bien es cierto que estos abusos del mercado son ciertos y también que los márgenes de comercialización no llegan al agricultor, también es necesaria una crítica interna a la propia dinámica de un sector que dejó hacer y que en las últimas décadas, y salvo honrosas excepciones, no se quiso complicar la vida y gestionar el dinero que cada campaña se ingresaba con la subvención europea. En tiempos de crisis económica como los actuales, el olivar jiennense también requiere, como siempre, sumar esfuerzos no sólo para manifestaciones.