Las sendas que albergan la historia
Inmaculada Espinilla
Leyendas mágicas, historias de lobos, sendas que fueron “comidas” por la vegetación, la belleza que se esconde entre las montañas, ríos cristalinos y mucho más es lo que propone el Sendero GR 247 Bosques del Sur. Son 479 kilómetros que sumergen a quien se atreva a recorrerlo en lo más profundo del Parque Natural de Cazorla Segura y las Villas. Sus 21 etapas principales, 11 derivaciones y 3 variantes, compuestas por dos tramos cada una, muestran la belleza de la mayor superficie protegida de España. Fauna y flora, historia y folklore son los ingredientes de un trazado apto para el senderista medio. El trayecto es capaz de enganchar a cualquiera y transportarle a las cultural más rural.

Leyendas mágicas, historias de lobos, sendas que fueron “comidas” por la vegetación, la belleza que se esconde entre las montañas, ríos cristalinos y mucho más es lo que propone el Sendero GR 247 Bosques del Sur. Son 479 kilómetros que sumergen a quien se atreva a recorrerlo en lo más profundo del Parque Natural de Cazorla Segura y las Villas. Sus 21 etapas principales, 11 derivaciones y 3 variantes, compuestas por dos tramos cada una, muestran la belleza de la mayor superficie protegida de España. Fauna y flora, historia y folklore son los ingredientes de un trazado apto para el senderista medio. El trayecto es capaz de enganchar a cualquiera y transportarle a las cultural más rural.
Auspiciado por la Diputación Provincial, Javier Broncano y Pedro Ruiz fueron los responsables de su diseño. “Es un poco como nuestro hijo. Afrontamos el proyecto con muchísima ilusión. Somos dos personas a las que nos gusta el senderismo y, sobre todo, el popular, ya que el montañero especializado no necesita señalización. Nos gusta nuestra sierra y darla a conocer”, afirma Broncano. Con esta declaración de principios, sus puntos de partida, a la hora de acometer los trabajos, fueron, entre otros, ofertar un recurso turístico, aprovechar los caminos existentes, representar la diversidad paisajística, evitar lugares de fragilidad ambiental, el alto grado de ciclabilidad y hacer las etapas atractivas y asequibles y, al mismo tiempo, que estas acaben en un lugar en el que se pueda pernoctar bien porque haya un alojamiento rural.
Está perfectamente señalizado y una de las garantías para su buena conservación es que la gestión del sendero pasará a manos de la Junta de Andalucía. El proyecto, que constó de tres fases —diseño, la parte técnica y la guía informativa—, duró tres años. Un trabajo que parecía que “nunca iba a acabar”, pero que hoy ya es una realidad.
“Queríamos hilvanarlo bien y se barajaron muchas alternativas. Pensamos que el diseño es bueno porque el Parque Natural de Cazorla, Segura y las Villas es bueno. Uno de los aspectos más difíciles fue decidir por dónde va y por dónde no va. Al final, se quedan lugares fuera”, indica Broncano. El resultado es un sendero que muestra lo mejor de la baja montaña, de la alta, que pasa por conjuntos históricos —Segura, Hornos, La Iruela y Cazorla—, por olivares de montaña, zonas de pastos, nacimientos de ríos —Segura y Guadalquivir—, bosques y cumbres. Enumerarlo es fácil, pero lo cierto es que el caminante, más aún cuando no conoce la sierra, se queda sorprendido por su riqueza.
Cada etapa tiene una longitud media de 18 kilómetros y uno de los aspectos positivos es que, al estar dividido por etapas, cada persona decide qué trayecto realizar, por dónde empezar o si quiere dedicar las vacaciones a recorrer todo el GR, como si se tratase del Camino de Santiago. Está hecho al gusto del consumidor y cuenta con la ventaja de que pueden afrontarlo mayores y pequeños. Ejemplo de esto son los grupos de senderistas que ya han comenzado sus caminatas por “Bosques del Sur”.
Y es que andar por el monte no es solo hacer ejercicio, sino que, en opinión de Broncano, esconde mucho más. Es un deporte social, en el que se conocen nuevos paisajes y se impulsa el desarrollo sostenible de la comarca. Y, entre sus secretos, se encuentran sendas perdidas. “Deben revalorizarse. Pienso que se debería hacer un inventario y considerarlas patrimonio etnográfico, ya que el patrimonio no son solo los castillos y edificios. Las sendas albergan una historia detrás. Antiguamente, eran los caminos que comunicaban un pueblo con otro. A veces, los trabajos forestales acaban con ellas o son absorbidos por la vegetación”, reseña Javier Broncano.
Por este motivo, a la hora de idear el trazado de se han tenido en cuenta los “recorridos de toda la vida”, los caminos antiguos, aquellos que las gentes de un pueblo utilizaban para comunicarse con los de al lado. Y todo esto se recoge en el GR 247 Bosques del Sur, pero no solo es sus sendas, sino que embauca con las huertas, los embalses, la diversidad natural y, sobre todo, el contacto con la naturaleza.