Las reválidas que vienen

Se prepara una dura reforma conservadora contra principios que, en las tres últimas décadas, han dado sentido a la educación: la lucha contra el fracaso escolar, la adquisición de competencias básicas, la asociación de calidad a  equidad o la autonomía pedagógica de centros. Serán sustituidas por normas al servicio de un modelo competitivo, elitista y segregador. Según el ministro Wert, la Selectividad no funciona porque la aprueba el 94 por ciento del alumnado. Se necesita un instrumento de evaluación externa como aquellas reválidas que suspendían al 50% del alumnado y cerraban el acceso al Bachillerato o la Universidad.

    06 nov 2012 / 18:45 H.

    La equidad no importaba. Que conste que antes de los pedagogos constructivistas, la Ley General de Educación promulgada por Villar en el tardofranquismo criticaba ya este tipo de pruebas memorísticas y planteaba su sustitución por la evaluación continua. Pero este ministro Wert se identifica más con el modelo tecnócrata del franquismo que entre los años 1969 y 1976 impuso pruebas estandarizadas como las reválidas que otorgaban el poder de seleccionar a tribunales externos que no conocían la evolución y contexto del alumnado que examinaba. Cometerían un grave error las autonomías si en lugar de oponerse a los “estrangulamientos”, la frustración, el malestar individual y colectivo así como a los innecesarios costes económicos, negociara en nombre de la “cultura evaluadora” el valor cuantitativo que deben tener pruebas tan obsoletas.

    Profesor
    Gabriel Ureña