Las profesiones más solidarias y creativas llevan a la felicidad
Silvia Ruiz Díaz /Jaén
Sienten la llamada, desde pequeños tienen claro a lo que quieren dedicarse en un futuro, ponen su empeño en ello y lo consiguen. Y encima, son felices. No todos pueden decir lo mismo, sobre todo cuando en Jaén hay 57.367 personas que demandan un puesto de trabajo y la mayoría 'cruza los dedos' para encontrar un empleo, sea el que sea. Necesitan el dinero para llegar a fin de mes y, por eso, deben dejar de lado aquello que siempre les gustó hacer.

Sienten la llamada, desde pequeños tienen claro a lo que quieren dedicarse en un futuro, ponen su empeño en ello y lo consiguen. Y encima, son felices. No todos pueden decir lo mismo, sobre todo cuando en Jaén hay 57.367 personas que demandan un puesto de trabajo y la mayoría 'cruza los dedos' para encontrar un empleo, sea el que sea. Necesitan el dinero para llegar a fin de mes y, por eso, deben dejar de lado aquello que siempre les gustó hacer.
Sin embargo, los que sí tuvieron la suerte se pueden dar por premiados. Pero, como publica un estudio elaborado por la Organización Nacional para la Investigación de la Universidad de Chicago y que publica la reconocida revista Forbes, no todos encuentran esa felicidad. Hay algunas profesiones que reconfortan más que otras. El “oficio” más gratificante, según este informe, es el del sacerdote, sobre todo, porque su trabajo consiste en servir y ayudar a los demás y en entregar su vida a Dios. El segundo puesto no tiene que ver, para nada, con el primero. Lo ocupa el trabajo arriesgado del bombero y, como apunta el estudio, el 80 por ciento asevera estar muy satisfecho. Se enfrentan a retos impresionantes, salvan vidas y ayudan a gente que está en verdadero peligro. El tercero es para el fisioterapeuta, por su interacción social y porque también ayudan a los demás a aliviar su dolores. El cuarto tiene que ver con la libertad y la creatividad del escritor y el quinto y el sexto, respectivamente, para los profesores de Educación Especial y los maestros. Los artistas (como pintor o escultor), los psicólogos, los agentes de ventas de servicios financieros y los operarios de máquina pesada. Lo curioso del último oficio es que uno de los motivos es que les parece divertido.
INFELICES. En el extremo contrario de la lista están los directores de tecnología, de ventas y marketing, el product manager, el desarrollador web, los técnicos especialista y de electrónica, el secretario jurídico, el analista de soporte técnico, el maquinista y el gerente de marketing. Quizás, porque se trata de trabajos “más aburridos” a pesar de que en muchos casos la remuneración económica sea más importante.
Jiennenses que hacen lo que siempre soñaron y que son felices con su oficio
SACERDOTE
MARTÍN SANTIAGO FERNÁNDEZ HIDALGO.- JAÉN
“La alegría es tener el amor de Dios”
Martín Santiago Fernández Hidalgo es el párroco de la Santa Cruz de Jaén. Es sacerdote desde el año 1966 y en su larga trayectoria de más de cuarenta y cinco años le ha llevado a conocer los problemas y las inquietudes de vecinos de Torreperogil, Lopera, Bélmez de la Moraleda, Mengíbar y Sabiote, entre otros municipios jiennenses.
Este cura también ha dado clases de Religión en diversos colegios y se siente feliz con una profesión por vocación. Sobre todo, porque vive, como señala, para “darse y entregarse a los demás”. Es lo que le da la felicidad, aunque también reconoce que tiene “ratos de amargura”, cuando siente la infelicidad de los demás y “no puede llegar a solucionar todos los problemas”. “Pero la confianza en Dios lo resuelve todo”, dice. El perdón y la alegría le reconforta. “Le digo a la gente que, para estar bien en los planos personal y profesional, tienen que hacer felices a aquellos que tienen a su alrededor, y vivir siempre alegres, porque la causa de esa alegría es tener el amor de Dios”, concluye el párroco.
BOMBERO
CRISTÓBAL MONTIEL TORRES.- Mengíbar
“Veo unas situaciones sorprendentes”
Cristóbal Montiel Torres es bombero desde hace más de diez años. En una primera etapa trabajó en Cuenca y, después de cinco años de trabajo, decidió dejar la plaza para trabajar en una empresa privada. “No había pasado un año cuando vi que lo mío era la acción”, expresa. Opositó y entró a formar parte de un grupo de rescate. Actualmente trabaja en el consorcio Sepei de Cáceres y, en concreto, en Valencia de Alcántara, donde realiza tareas de formación, prevención y extinción de incendios. “Solo puedo quejarme de la distancia que me separa de mi tierra”, señala. Su objetivo es prepararse y, algún día, llegar a Jaén.
Este mengibareño señala que lo más llamativo se produce cuando está frente al fuego. “La gente corre en un sentido y nosotros somos los únicos que vamos en el sentido contrario”, dice. Una de las cosas que más le motivan es “el imprevisto” y que, en pocos minutos, se encuentra con “situaciones sorprendentes”. El puesto reunía tres requisitos básicos para él: trabajar en equipo, enfrentarse a nuevos retos y ayudar a los demás.
FISIOTERAPEUTA
ANA BELÉN GUTIÉRREZ ORTEGA.- FUENSANTA
“Los mayores son muy agradecidos”
Ana Belén Gutiérrez Ortega, a sus veintitrés años, afirma que es feliz con el puesto que tiene como fisioterapeuta en la Residencia de Mayores Nuestra Señora de los Desamparados. Trabaja con personas de la tercera edad, y se desvive por ellas. “Mi trabajo consiste en aliviarles los dolores crónicos a los ancianos, hacer ejercicios para mantenerles la forma física e intentar que se deterioren menos”, apunta. Eligió esta profesión porque le gustaba la rama de la Sanidad. Supo lo que significaba ser fisioterapeuta y, sobre todo, buscó que, de alguna manera, pudiera ayudar a la gente. También ha trabajado con gente más joven. “Es diferente. Lo bueno de los mayores es que son muy agradecidos, y eso te reconforta mucho. Son como niños grandes”, especifica. Y lo que más le gusta son los resultados, es decir, que el paciente asegure que se siente mucho mejor y que no sea porque él lo dice, sino porque la propia profesional “nota la mejoría”.
Su trabajo, como comenta la joven Ana Belén Gutiérrez, también es por vocación.
ESCRITORA
MARÍA JESÚS JIMÉNEZ LÓPEZ.- ANDÚJAR
“Es una forma de expresar mis ideas”
Lo que más reconforta a la escritora iliturgitana María Jesús Jiménez López es que hace lo que siempre le gustó, en cualquier momento y “de millones de formas”. “He tenido la suerte de recibir muy buenas críticas, y de publicar varios libros. Lo hago porque es una forma de expresar mis ideas y mis sentimientos, y una manera de desahogarme”, considera. También opina que tiene suerte y que “le llena” ver algo que ha escrito impreso y con una buena encuadernación.
Desde muy pequeña, supo a lo que se quería dedicar. Lo que más le gusta es la poesía, aunque vende más con la prosa. Le encanta escribir, además, para los niños. “Para Europa Direct hice un cuento sobre el lince, y quiero hacer más relatos infantiles, ya que, a partir de ahí, me animé. Ya tengo algunos proyectos”, avanza. En junio publicó “Amargas caricias”, un libro sobre la violencia machista y hubo que sacar una segunda edición porque se agotaron los ejemplares. “Es algo con lo que te sientes, a nivel del alma, fenomenal, porque ves que lo que haces a la gente le gusta”, comenta.
ESCULTOR
JOAQUÍN MARCHAL ÓRPEZ.- MARTOS
“Aquí nadie me pone limitaciones”
Desde que era un niño, el marteño Joaquín Marchal Órpez, una persona muy querida en la ciudad, quería ser artista. Hacía sus “obras” con la plastilina y con los lápices y el papel. Dibujaba, y era algo que le entusiasmaba. Pero fue años más tarde, en 2005, cuando su sueño se hizo realidad, después de formarse en la Escuela de Artes y Oficios de Jaén y en la Facultad de Bellas Artes de Sevilla, donde se graduó en los primeros puestos de su promoción. Ahora, cuenta con su propio taller, y le llena de orgullo trabajar como escultor y pintor para Martos y para la provincia.
“Soy muy feliz porque hago lo que me gusta. Siempre estoy pensando cosas nuevas, dándole vueltas al coco”, expresa. “También me encanta porque puedo investigar. Por ejemplo, me han encargado unos trabajos sobre Santa Marta. Buscas información y descubres cosas interesantes”, dice. “Aquí nadie me pone limitaciones, sino que lo que expresas es tu propia creatividad y eso es la libertad del artista”, agrega Joaquín Marchal.